Elaborado por Lizbeth Urbán, Alumna del Servicio Social del PUEAA
Las producciones cinematográficas africanas han resaltado en las diversas plataformas de streaming actuales. Este hecho ha sido importante porque el cine africano habría sido producido por personas externas o con una poca presencia de directoras y directores africanos. En sus inicios, Egipto solía ser el país con mayor producción de largometrajes pero no siempre se trataban de direcciones africanas propiamente.
Además, desde la colonización europea en África, el cine habría servido como un arma de legitimación de las crueldades ejercidas por los ocupantes blancos. Empero, los proyectos y visiones de africanas y africanos han estado siempre presentes y se han podido consolidar gracias a su arduo trabajo. El séptimo arte, en ese sentido, va más allá de la representación subjetiva en las pantallas. Consiste en una forma de romper las narrativas lejanas sobre sus vidas.
Una vez anotado esto, es posible comenzar a preguntarse: ¿Cuál es el país que se ha convertido en la potencia africana del cine contemporáneo? La respuesta es Nigeria. Este país ha acumulado una gran cantidad de producciones de largometrajes hechos en sus comarcas. La influencia colonial en los principios del cine nigeriano fue evidente ya que, desde su institucionalización con el “Nigerian Film Unit”, sus trabajos se concentraban en un adoctrinamiento hacia la población nigeriana (Valenzuela, 2019).
Aún con esta cimentación sesgada, el cine nigeriano tuvo la oportunidad de desarrollarse fuera de las ideologías eurocéntricas. La enseñanza de la cinematografía fue impactada por las condiciones políticas, sociales, culturales, económicas, internacionales del país. De ahí que las primeras figuras más relevantes del cine nigeriano surgieran con nuevas miradas y narraciones.
Uno de los primeros cineastas que destacaron fue Ola Balogun. Su trabajo se concentró en hacer documentales y películas que visibilizaron las luchas de resistencia anticolonial. La irrupción de estos nuevos cineastas nigerianos se impulsó gracias a los cambios políticos del entorno nacional e internacional.
El gobierno notó la prosperidad del cine en la sociedad de la ciudad de Lagos y otros territorios. Desde los años de 1960 a 1975, el gobierno federal de Nigeria decidió financiar y apoyar ciertas producciones que eran netamente nigerianas (Valenzuela, 2019). Con el soporte de la industria televisiva, el cine de Nigeria comenzó a fortalecerse con el ensanchamiento de actrices y actores que participaban en los largometrajes nacionales.
Aún así, el verdadero fenómeno cinematográfico que ha hecho popular a este país africano tiene sus particularidades. Los antecedentes del cine nigeriano eran esfuerzos por destacar en fotografía o historias de manera que llegarán a ser consideradas cine de arte en las premiaciones y festivales europeos. Pero este cine no satisfacía totalmente a la misma sociedad nigeriana, por lo que los nuevos proyectos no se trataban de obras dirigidas al público internacional, sino al interior (Valenzuela, 2019).
Las primeras películas con esta nueva tarea se dedicaron a proyectar visiones más cercanas de problemas ordinarios de las y los nigerianos. “Living in Bondage” fue el parteaguas de lo que actualmente se conoce como Nollywood. El éxito de esta primera película fue importante para poder continuar con las historias de nigerianos para nigerianos. Resalta que la línea discursiva de esta película nigeriana incluyera parte de los efectos económicos que muchos de sus espectadores nacionales estaban viviendo en ese momento (Rodríguez, 2019).
Tal conciliación con su audiencia nigeriana también supuso la potenciación de las técnicas y medios para conformar su propio cine. Así, el Nollywood se ha distinguido por su gran producción de películas pero también por el cambio de estética que ha promovido. Uno de sus rasgos más impresionantes es que los largometrajes se graban en un tiempo récord de entre 7 y 15 días. En el año 2000 se registró el incremento de sus producciones que se ha mantenido a lo largo de estos años (Rodríguez, 2019).
El crecimiento de esta industria ha resultado benéfico para ciertos grupos de Nigeria, y ha actuado como componente de atracción internacional. Sobre todo, con los despidos que habían incrementado en años anteriores al boom del cine nacional; muchos nigerianos y nigerianas habían perdido sus medios de sustento. Su éxito ha representado la recuperación de empleos de personas dedicadas al entretenimiento. De acuerdo a algunas notas, más de un millón de personas tienen trabajo en Nollywood (El País, 2018).
Fuentes
Rodríguez, T. (2019). La producción cinematográfica en el contexto africano: estudio de caso del cine de Nigeria, Nollywood. Universidad Complutense de Madrid. 381 pp.
Valenzuela, I. (2019). Nollywood. Recorrido por la industria cinematográfica de Nigeria. Universidad de la Laguna. 63 pp.
El País. (03 de marzo de 2018). El país africano que llegó a producir más películas que Hollywood. El País, España.