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El avance económico de Singapur: crisis del este de Asia 1997-1999
11 feb 2022

La repentina caída de las economías de ASEAN en 1997 afectaron fuertemente su capacidad de desempeñar un papel en el mundo financiero internacional. A pesar de que las condiciones económicas de cada país eran diferentes, la confianza fue perdida de la misma manera para todos los miembros del grupo económico del sureste de Asia, menciona Lee Kuan Yew en su libro From Third World to First.

En enero de 1997, Hanbo, un gran conglomerado surcoreano cayó en bancarrota después de un enorme escándalo de corrupción que involucró al hijo del presidente Kim Sam. Otros bancos y empresas coreanos se creía que estaban en una situación similar y el won cayó. El banco central defendió su moneda hasta que se quedó sin reservas en noviembre de dicho año, buscando ayuda del Fondo Monetario Internacional. Las semanas siguientes, las economías de todo el este de Asia, incluyendo Singapur, Hong Kong y Taiwán, cayeron de la misma manera.

Manifestantes en Taiandia en 1997. Imagen rescatada de: http://www.petertasker.asia/

A diferencia de las crisis económicas latinoamericanas, la del este de Asia difirió en términos culturales y sociales, argumenta el ex primer ministro singapurense. En Asia no hubo un gasto excesivo por parte de los gobiernos, como suele darse en Latinoamérica. No se había usado el dinero para planes extravagantes ni se había perdido en grandes casos de corrupción. En el caso de Asia fueron las empresas privadas quienes pidieron prestado de más en el corto plazo y buscaron tener inversiones a largo plazo.

Buscando dar una explicación a lo sucedido, varios analistas recurren a la cultura de los países involucrados. Lee Kuan Yew no coincide con esas conclusiones. Los valores presentes en los países involucrados eran distintos, siendo unos hindúes, otros musulmanes, otros budistas y otros confucianos. La corrupción y el nepotismo son contrarios a los valores del confucianismo y, según Lee Kuan Yew, estos problemas no pueden explicar la crisis desatada a fines de los noventa. Los líderes del sureste de Asia se vieron sorprendidos por la caída de sus divisas.

Para el ex primer ministro singapurense, la causa y la lección de esta crisis fueron muy distintas y útiles para la estabilidad financiera de su país a futuro. La sorpresa de la caída llevó a los Estados miembro a aprender a tener sistemas financieros más fuertes con medidas y controles más sensatos y una rigorosa supervisión. De esa manera, según Lee, la economía podía evitar desviarse y llevar a los problemas que vivió la región de la que es parte en 1997.

Referencia

Lee, Y. (2011). From Third World to First. The Singapore Story: 1965-2000. Harper.