La repentina caída de las economías de ASEAN en 1997 afectaron fuertemente su capacidad de desempeñar un papel en el mundo financiero internacional. A pesar de que las condiciones económicas de cada país eran diferentes, la confianza fue perdida de la misma manera para todos los miembros del grupo económico del sureste de Asia, menciona Lee Kuan Yew en su libro From Third World to First.
En enero de 1997, Hanbo, un gran conglomerado surcoreano cayó en bancarrota después de un enorme escándalo de corrupción que involucró al hijo del presidente Kim Sam. Otros bancos y empresas coreanos se creía que estaban en una situación similar y el won cayó. El banco central defendió su moneda hasta que se quedó sin reservas en noviembre de dicho año, buscando ayuda del Fondo Monetario Internacional. Las semanas siguientes, las economías de todo el este de Asia, incluyendo Singapur, Hong Kong y Taiwán, cayeron de la misma manera.