Cuando el comportamiento de los consumidores se ve orientado hacia el ahorro la demanda agregada se ve afectada provocando recesiones económicas. A través de la actuación en los mercados financieros con medidas monetarias expansivas, se busca caminar hacia el crecimiento económico y la creación de empleo por parte de las empresas en un país.[1] Esto hace que el uso de políticas monetarias expansivas sea frecuente en situaciones de crisis económicas o recesiones. Como lo es el caso de los países asiáticos en la actualidad.
El panorama mundial actual compuesto por la pandemia de COVID-19, la guerra en Ucrania, la desaceleración estructural en China y la aplicación de políticas financieras restrictivas en Estados Unidos están incidiendo en la recuperación económica de Asia oriental y el Pacífico.
De acuerdo con el Banco Mundial, la economía china crecerá un 5 % en 2022, esto es, 0,4 puntos porcentuales menos de lo previsto en octubre, cifra que podría descender al 4 % en un escenario menos favorable. Para el resto de la región se prevé un crecimiento del 4,8 % en 2022, 0,4 puntos porcentuales por debajo de la estimación anterior, y del 4,2 % en un escenario a la baja.
Las empresas de la región reportan que atraviesan un periodo complicado puesto que más del 50 % presentó atrasos en los pagos en 2021 y podrán continuar verse afectados por nuevas crisis de la oferta y la demanda. Por otro lado, el impacto para los consumidores se resume en una contracción del ingreso real debido al aumento de los precios dejando un mayor número de hogares en la pobreza.
Hasta la fecha, el FMI ha suministrado apoyo de emergencia a 7 países de la región de Asia y el Pacífico, y otros países han expresado su interés en nuestros instrumentos de financiamiento de emergencia.