Doctorando en literatura moderna y cultura popular de Japón por parte de la Universidad de Córdoba, España. Su investigación es sobre la adaptación del seppuku, muerte ritual del samurái, hecha por Mishima Yukio en el cine y la literatura durante la década de 1960, así como otras adaptaciones hechas en el cine japonés durante el mismo periodo. Actualmente, trabaja como investigador en Higashiyoshino, pueblo de la montaña en la prefectura de Nara, donde investiga y escribe sobre el Tenchūgumi y otras revueltas samuráis acontecidas en el marco del encuentro violento de Japón con Occidente y su proyecto civilizatorio. También, investiga y escribe en torno a la múltiple figuración de hyakushō, una forma de referirse a quien es campesino no agrícola. Sobre esto, a forma de memoria antropológica, toma fotografía, escribe y documenta conversaciones, rituales y festivales en la revista que él edita y gestiona junto con el ayuntamiento de Higashiyoshino, la «TOKIDOKI HYAKUSHO». Publicaciónbilingüe, español y japonés, de narrativa y fotografía, sobre la dialéctica sociedad naturaleza de los espacios rurales de México y Japón. Como parte de este proyecto, involucra a los pobladores de las zonas rurales de la prefectura de Nara y otros pueblos de Japón dándoles cámaras desechables para que sean ellos quienes tomen fotografías dentro de su comunidad y hagan de la fotografía una forma más de narrativa y la extensión de la memoria colectiva de sus territorios. Desde 2019 forma parte del Seminario Permanente de Investigación sobre Arte y Cultura de México y Japón, auspiciado por el INBAL y el CENIDIAP, dentro del cual, a partir del estudio de Amino Yoshihiko sobre la diversidad rural y campesina asida en el concepto de hyakushō, observo y analizo la experiencia estética en la fotografía de Kitai Kazuo, Mariana Yampolsky y otros fotógrafos sobre el campo japonés y mexicano entre 1950 y 1970. También, realiza investigación sobre la estética de la revolución del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el EZLN, y el Ejército Rojo Japonés. Se enfoca en la comunicación y propaganda mediante la cual trabajaron en una producción social de imágenes e imaginarios y una comunicación que visibilizó la estética de su revolución. Como parte de esta investigación, estudia la relevancia de sus respectivos líderes, Shigenobu Fusako y el Subcomandante Marcos, en la conformación ideológica de ambos grupos y su narrativa sobre la revolución. Tanto Shigenobu Fusako, llegada al Líbano desde Japón, como el Subcomandante Marcos, venido de la ciudad a la montaña chiapaneca, donde yace una cosmovisión maya, son extranjeros en el territorio donde hicieron la revolución, y ese encuentro significó la formación de una nueva subjetividad político-social. También echa chisme en «JAPÓN ES CHIDO» sobre todas esas cosas que no pueden ser sino ‘japonesas’ bajo la premisa de Karatani Kojin en la que la familiaridad de lo asumido como ‘japonés’ debe ser desconocido primero para después llegar a diferentes formas de repensar lo ‘japonés’.
Andrés Camacho
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Universidad de Córdoba