Elaborado por Gabriela Gallegos, Community manager del PUEAA
Como ocurre anualmente en estas fechas, los japoneses ya han votado por el kanji que mejor definió el año que termina. Mientras que el kanji elegido para 2021 fue “oro” (金), en honor a la celebración de los Juegos Olímpicos de Tokio, en 2022 se eligió el de “guerra” o “batalla” (戦) para hacer referencia a un año marcado por acontecimientos como la invasión rusa a Ucrania, los constantes lanzamientos de misiles balísticos por parte de Corea del Norte, así como el asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe, la depreciación del yen y la creciente inflación.
El complicado ambiente internacional de seguridad sobresale, así, en la percepción que Japón tiene del año que termina. Y no es para menos.
Con la invasión de Rusia a Ucrania, Japón ha respondido intentando socializar a Rusia dentro del statu quo uniéndose a los esquemas de sanciones internacionales, pero también con el anuncio de nuevas medidas en materia de seguridad ante los temores de un posible conflicto en Taiwán. El primer ministro, Fumio Kishida, ha declarado su preocupación porque “la Ucrania de hoy se convierta en el Este de Asia de mañana” en diversas instancias, dentro de las que resaltan el Diálogo de seguridad de Shangri-la y la Cumbre de la OTAN.
Al respecto, la primera cumbre destacó por ser la primera en ocho años en la que un primer ministro japonés, y no sólo uno de defensa, asiste en representación de Japón. Mientras que en 2014 Shinzo Abe aprovechó para anunciar la reformulación de su postura internacional bajo el esquema del “pacifismo proactivo”, en esta ocasión Kishida anunció que su línea de acción estaría dada por la “diplomacia realista para una nueva era”.
La segunda instancia se trató de un hito al ser la primera cumbre de líderes de la OTAN a la que asistieron países como Corea del Sur y Japón. Además, al igual que en junio en Singapur, en esta reunión Kishida anunció la reformulación de la Estrategia de Seguridad Nacional, la cual está programada para publicarse en los próximos días. Se trata del segundo documento que Japón tiene de este tipo, pues hasta 2013 la política de seguridad estaba guiada exclusivamente por lineamientos de corto plazo que, en consecuencia, se reformulan más constantemente.
Por otro lado, durante la Cumbre del G7 a finales de junio, el primer ministro japonés aprovechó la coyuntura en Asia Central para referirse también a China, declarando la necesidad de que los líderes reunidos establezcan un frente unido para evitar que otros países saquen las “conclusiones equivocadas” de la invasión. Al respecto, no es un secreto que China es una cuestión importante dentro de las preocupaciones de seguridad de Japón, lo cual quedó asentado desde el Lineamiento del Programa de Defensa Nacional (NDPG) de 2004, pues fue la primera vez que este documento enfatizó la modernización militar y la expansión de las incursiones marítimas de China como un asunto prioritario, algo que ha figurado dentro de los documentos clave de seguridad nacional desde entonces.
Además, en octubre de este año Corea del Norte lanzó un misil balístico intercontinental que sobrevoló el territorio japonés por primera vez desde 2017, lo cual ha reavivado el debate sobre la necesidad de desarrollar capacidades para contrarrestar este tipo de ataques en el futuro. A ello se suman las preocupaciones sobre el programa nuclear de Kim Jong Un, aspecto que figura dentro de los elementos de la “visión Kishida para la paz” y que se refiere a la “promoción de esfuerzos realistas para crear un mundo sin armas nucleares”.
A este respecto, la preocupación por el actuar de Rusia, China y Corea del Norte se encuentra plasmada dentro de la estrategia de seguridad de mayor relevancia para Japón en los últimos años, la cual se sintetiza dentro de la iniciativa del Indo-Pacífico libre y abierto que fue lanzada en 2016. A grandes rasgos, ésta se basa en la suma de esfuerzos individuales y de cooperación para mantener el orden internacional basado en reglas que, a su consideración, se ve trastocado por estos tres actores.
Una de las grandes reformas que se busca hacer a la Estrategia de Seguridad Nacional es mejorar las capacidades militares (bajo el calificativo de defensa) mediante el aumento del presupuesto militar en cinco billones de yenes dentro de los próximos cinco años, lo que supone un incremento del 57% sobre el presupuesto actual. (Financial Times, 2022) Esta medida fue anunciada desde la Cumbre de la OTAN, como una forma de sumarse a la intención de los miembros de aumentar el presupuesto de defensa en 2% del PIB de cada Estado miembro.
Ante tal panorama, la publicación de los resultados de la encuesta sobre el kanji que mejor representa el año pareciera llegar en el momento idóneo. Pareciera, así, que la percepción del público japonés podría mostrarse positiva a este cambio, sobre todo si se tiene en cuenta que el plan de aumento del presupuesto de defensa se basa en hacer recortes a otros gastos y el aumento de impuestos.
Referencias
Bosak, M. (14 de junio de 2022). A sneak peek at the future of Japanese security policy. The Japan Times. Documento en línea
Inagaki, K. y Lewis, L. (14 de diciembre de 2022). Who is going to pay for Japan’s military build-up? Financial Times. Documento en línea
Kanji of the Year for 2022: Strife Comes Out on Top. (12 de diciembre 2022). Nippon.com. Documento en línea
Kyodo. (27 de junio de 2022). At G7, Kishida targets China with warning over taking 'wrong lessons' from Ukraine war. The Japan Times. Documento en línea