Elaborado por Alanis Guerrero, Alumna de Servicio Social del PUEAA
En la isla de Jeju, la más grande de Corea del sur, viven las as Haenyeo (해녀), una comunidad de mujeres dedicadas al muljil o buceo. Ellas recolectaban mariscos como el abulón, erizo de mar, pulpos, conchas o algas; sumergiéndose a profundidades de hasta 10m sin tanques de oxígeno, cargadas solamente de cuchillos y sus fuertes pulmones.
Es un trabajo de alto riesgo ya que las mujeres no cuentan con mucha protección, pues realizan su trabajo de forma tradicional, exponiéndose a los ataques de tiburones o a accidentes ocasionados por embarcaciones. Y necesitan mucha habilidad para controlar su respiración, conocer la presión, sus niveles de oxígeno y soportar las bajas temperaturas. Además, ellas permanecen en el agua hasta por 7 horas, entrando y saliendo a dejar su cosecha.
Por siglos, estas mujeres han sido el sustento económico de sus familias y un importante pilar de la economía de la isla, sin dejar de lado el rol de mujeres amas de casa. Esto las hace una figura ancestral sobresaliente dado las circunstancias de la sociedad patriarcal coreana basada en valores confucianos.
El que las mujeres fueran tomando espacio en esta actividad no fue un fenómeno espontáneo, desde la antigüedad se cuenta que el mar de la isla de Jeju cobró la vida de muchos hombres, dejando viudas y en la pobreza a muchas mujeres, por lo que debían tomar rol de jefas de familia, proveedoras y cuidadoras del hogar. Uno de los registros más antiguos se encuentra en un libro de dibujos, el Tamna Sullyeokdo por Lee Hyung-sang en 1972, donde se puede observar a Haenyeo buceando.
Brenda Velázquez menciona que posteriormente el incremento de los impuestos ocasionó que muchos hombres emigraran, de tal forma que las mujeres al estar exentas de pagarlos por no ser consideradas fuerza laboral tomaron la pesca como principal actividad económica invirtiendo los roles.
Las Haenyeo han fungido así como fuente de inspiración y empoderamiento femenino, pero también su trabajo ha colaborado para la preservación del ambiente marino, ya que las granjas de mar de las Haenyeo, administradas por las alrededor de 100 cooperativas de las Haenyeo, también llamadas “Village Fishery Cooperatives”, dividen el territorio y las temporadas de “cosecha” con el fin de evitar el agotamiento de los recursos piscícolas.
Ser Haenyeo es más que un oficio, es una tradición, una cultura. Las mujeres, para convertirse en una Haenyeo, comienzan a “entrenar” desde temprana edad, algunas desde los 12 años otras desde que tenían 7. Instruidas por sus madres o abuelas, las cuales no solo les enseñan a nadar o a bucear, también les enseñan sobre los ciclos del mar, las temporadas de cosechas o sus costumbres como el Sumbi-sori, el sonido peculiar que hacen cuando emergen a la superficie, que además de ser una técnica de respiración les sirve para comunicar entre ellas que están presente; o el que antes de bucear se consagren a la diosa Jamsugut, diosa del mar, para que tengan un buceo sin riesgos y una pesca abundante. Solo hasta que tienen la mayoría de edad se les puede considerar verdaderamente parte de la comunidad.
Existe además una jerarquía. En primer lugar, se tiene a las Daessangun, las mujeres más experimentadas de 80 años o más que pueden sumergirse a más de 10 metros, son igualmente consideradas las líderes por su sabiduría y encargadas de la seguridad de la comunidad. Después están las Juggun capaces de sumergirse a más de cinco metros. Finalmente se encuentran las Hagun, generalmente las más jóvenes, que se sumergen entre tres y cinco metros.
Sus conocimientos son principalmente heredados, aunque hoy en día existen algunas escuelas que, en conjunto al museo de Haenyeo de Jeju, trabajan en conjunto para mantener viva la cultura de las Haenyeo y difundirla como idiosincrasia y espíritu de la población de la isla de Jeju.
Es por ello que, en 2016 esta práctica fue declarada por la UNESCO como patrimonio inmaterial de la humanidad. Sin embargo, esta tradicional figura de las Haenyeo podría desaparecer.
En primer lugar, porque, desde la década de los 70 esta actividad dejó de ser una necesidad y se convirtió en una opción personal. Otro de las razones es que la gran mayoría de las mujeres que se dedican a esto tiene más de 60 años y cada vez menos mujeres jóvenes desean convertirse en Haenyeo, pues muchas de las hijas o nietas se van a ciudades grandes a estudiar fuera o no están interesadas en continuar con ese oficio.
Fuentes
“The Last Generation of Haenyeo, The Korean Mermaids (해녀)” Embassy of the Republic of Korea to Norway, en línea
“Diving with the last generation of Korea’s Mermaids” The World, en línea
“Haenyeo: buceadoras del mar de Jeju” Kmagazine, en línea
“Culture of Jeju Haenyeo” UNESCO, en línea
“La cultura de las Haenyeo de la isla de Jeju” UNESCO, en línea
“Las Haenyeo, buceadoras legendarias de la isla de Jeju” UNESCO, en línea