Por Gabriela Gallegos, Alumna de Servicio Social del PUEAA
Desde 2011, Naciones Unidas ha establecido el 23 de junio como el día internacional de las viudas con el fin de sensibilizar a la población de todo el mundo y visibilizar la situación a la que se enfrentan las mujeres ante la muerte de sus esposos y padres, que las pone en una lucha por las necesidades básicas, sus derechos humanos y su dignidad (ONU, 2020). Este día es también un esfuerzo por reforzar los compromisos de los Estados en el derecho internacional, ya que los derechos de las viudas conciernen algunos instrumentos internacionales como la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y la Convención sobre los Derechos del Niño.
Se estima que hay 258 millones de viudas en todo el mundo, de las cuales una de cada diez vive en la pobreza extrema, aproximadamente; en África, una de cada diez mujeres mayores a 14 años ha enviudado; en Asia viven más de 46 millones de viudas (Gospel for Asia, 2020). La coyuntura actual, marcada por el grueso número de muertos por COVID-19, ha empeorado la situación y la experiencia con pandemias pasadas ha demostrado que las viudas se enfrentan a serios problemas, ya que comúnmente a las mujeres sólo les son reconocidos derechos de tierra y propiedad a través del marido o el padre y en tiempos de crisis (como ocurrió con la pandemia de VIH o Ébola) esos derechos son violados. En Kenia, hay evidencia de viudas siendo forzadas por sus parientes, familia del marido, a abandonar sus hogares durante la pandemia por ser consideradas como un “peso extra” y son tratadas como si no fueran parte de la familia. Además de eso, la viudez las vuelve un objeto de estigma, discriminación y marginalización.
Aunado a ello, la muerte del marido supone una presión extra para las mujeres, que son presionadas para devolver las propiedades o forzadas a contraer matrimonio a través de la ley de levirato (matrimonio con alguno de los hermanos del difunto marido), como ocurre en Senegal. La inequidad en la situación de hombres y mujeres en los derechos de propiedad y de tierra supone, entonces, que las viudas se enfrentan a una situación de vulnerabilidad aún mayor. Se estima que la mayor parte de la población agrícola son mujeres, pero sólo el 15% de la tierra cultivable en todo el mundo pertenece a mujeres (allAfrica, 2020).
Se han citado algunos ejemplos de las desigualdades que padecen las viudas y las ponen en una situación de vulnerabilidad, pobreza y desesperanza. En Malaui, por ejemplo, las viudas son cinco veces más propensas que las mujeres casadas o que nunca han enviudado a ser VIH positivo (Banco Mundial, 2018). En India, son aproximadamente 40 millones de viudas que son forzadas a abandonar sus hogares al año, algunas de las cuales lo hacen bajo algún nivel de violencia.
De esta forma, se demuestra la importancia de un día como este, que busca visibilizar a una población que normalmente pasa desapercibida y cuyos problemas son muchas veces menospreciados y reducidos. La viudez, entonces, es otro mecanismo de desigualdad, vulnerabilidad y violencia que afecta a las mujeres en todo el mundo.
Referencias
Harrisberg, K. (26 de mayo 2020). Africa: From Brazil to Kenya, Coronavirus Widows Lose Their Husbands and Then Their Land. allAfrica. Documento en línea
Invisible and Excluded: The Fate of Widows and Divorcees in Africa. (30 de noviembre 2017). Banco Mundial. Documento en línea
Mujeres invisibles, problemas invisibles. (2020). Naciones Unidas. Documento en línea
Schultz, K. (27 de agosto 2019). India’s Widows, Abused at Home, Have Sought Refuge in This Holy City for Centuries. The New York Times. Documento en línea
Widos: Asia’s Invisible Women. (2020). Gospel for Asia. Documento en línea
Fecha de publicación: 26/06/2020