Multimedia
Rostros de porcelana y bisturí: la cirugía cosmética en Corea del Sur
11 jun 2021

Elaborado por Idalia Rosado, Alumna de Servicio Social del PUEAA

La belleza ha sido fundamental en la interpretación de los cuerpos en cualquier cultura. A través del tiempo, estos parámetros han configurado al cuerpo femenino; en el caso del Este de Asia, la piel blanca y delicada, el cabello largo y brillante, la boca pequeña y labios rojizos, son parte del cuerpo estereotipo de una mujer considerada bella.

En este sentido, el capitalismo ha logrado articular los cánones de belleza en su dinámica acumulativa a través de las cirugías estéticas. Específicamente en la República de Corea, estos procesos quirúrgicos son muy populares. En 2015, tuvo el mayor número de procedimientos por población en todo el mundo, convirtiéndose en el paraíso cosmético internacional para realizar la cirugía de párpados, rinoplastia, cirugía de pómulos, aclaramiento químico de piel, tratamientos anti edad y estiramiento de mandíbula.[1]

Durante el 2018, las clínicas de cirugías estéticas alcanzaron 13,000 millones de dólares en procedimientos cosméticos, sobre todo en las grandes ciudades como Seúl en donde más de la mitad de las clínicas (671) están asentadas.[2] Si bien estas cirugías son ejecutadas en hombres y mujeres, las últimas representan cerca del 87% de los procedimientos en Corea del Sur.[3] Por ello, es esencial preguntar ¿Qué características poseen estas clínicas para posicionarse como las mejores en el mundo estético? y ¿Qué dinámicas coadyuvan el deseo de las mujeres surcoreanas para realizarse estos procedimientos?

Desde la década de 1990, las clínicas surcoreanas comenzaron a especializarse en procedimientos estéticos: en primer lugar, para solucionar problemas médicos o malformaciones de nacimiento y posteriormente, convertir estas cirugías en un estereotipo de belleza y superioridad económica, la cual acompañaba a la creciente industria cosmética y de cuidado de piel conocida como K-beauty. De esta forma, sólo las mujeres con solvencia económica podían tener acceso a estos tratamientos y a su vez su rostro se convirtió en el nuevo estereotipo de belleza, articulándose con roles ya establecidos como el de hija, esposa y madre.

En un mercado tan competitivo, los centros para cirugías pláticas debían innovar en sus procedimientos para atraer a más mujeres nacionales e internacionales. Para ello, la publicidad en varios espacios públicos y turísticos fue fundamental. En el metro, por ejemplo, se encuentran carteles con frases como “¿Quieres un ascenso? Tu nariz es muy grande, arréglala” ''Nadie es perfecta, agenda tu cita” y comparaciones de antes y después para configurar la belleza como una necesidad que permitiría nuevas oportunidades laborales, mejores matrimonios y mayor seguridad.

Asimismo, la exclusividad y el lujo de las clínicas surcoreanas, aunado con las referencias que se propagaban por las clientas satisfechas, coadyuvaron a que mujeres de todo el mundo viajaran a Corea del Sur a realizarse procedimientos estéticos, específicamente en Gangnam, un distrito de Seúl que se caracteriza por sustentar su economía en las clínicas estéticas lujosas y hoteles para la recuperación post operación.

En varios reportajes internacionales se destaca el deseo de las mujeres surcoreanas, y asiáticas en general, por transformar su rostro a través de la cirugía estética para asemejarse a otra raza, particularmente a la caucásica o al estereotipo de belleza promovido por Estados Unidos. No obstante, algunas académicas surcoreanas señalan que este estereotipo de belleza es más que el resultado de la articulación de nociones de belleza muy antiguas y estereotipos occidentales. El cambio de imagen conocido como Gangnam Style,[4] más que una transformación al rostro femenino a través de cirugías -ojos grandes, labios pequeños, nariz refinada, piel blanca y mandíbula afilada-, son parámetros estéticos reproducidos por la sociedad como una vía para vivir una vida “desarrollada”, con movilidad social y superación personal.

A pesar de que el costo de las cirugías plásticas es cada vez más accesible a las mujeres de clase media, la realidad es que estas prácticas siguen siendo un lujo. Sólo el 20% de las mujeres surcoreanas tienen cirugías cosméticas.[5] El constante bombardeo mediático y de publicidad que producen y reproducen estereotipos de belleza, provocan que mujeres ahorren de 2 a 4 años para una cirugía sencilla de párpados que cuesta entre 900 y 1200 dólares,[6] sin contar los 200 dólares mensuales que la surcoreana promedio gasta en el cuidado de la piel.[7] Asimismo, muchas mujeres de 50 a 60 años se practican ciertos procedimientos para estirar su piel y reducir las arrugas para seguirse manteniendo activas en el mercado laboral.[8] Para ellas, la cirugía estética es un medio para sostenerse económicamente, especialmente cuando no cuentan con una pensión por parte del gobierno surcoreano.

La realidad de las cirugías plásticas en Corea del Sur es compleja: por un lado, son percibidas como un empoderamiento para mejorar su vida laboral y económica, pero no accesible para todas y, por otra parte, son dinámicas de consumo que le permite al capitalismo su reproducción y a su vez violencias estructurales hacia los cuerpos femeninos. Algunas pacientes confirman que el dolor físico y psicológico al transformar su cuerpo, se convertirá en placer y satisfacción al ver la emoción de los sueños realizados.


Notas

[1] Stevenson, Alexandra. (2018).

[2] So Yeon Leem (2017), p.5.

[3] Stevenson, Alexandra. (2018).

[4] So Yeon Leem (2017), p.7.

[5] Lee, S., & Ryu, K. (2012).

[6] Lee, S., & Ryu, K. (2012).

[7] Espejos en el ático. (2017).

[8] Elfving-Hwang, Joanna (2020).


Referencias

Elfving-Hwang, Joanna (2020). Media, Cosmetic Surgery and Aspirational Beauty Aesthetics of the Ageing Body in SouthKorea, Asian Studies Review.

Espejos en el ático. (2017) ¿Quién es quién en el mundo del k-beauty? Una Radiografía de las principales marcas y empresas cosméticas coreanas. Espejos en elástico. Documento en línea

Muñoz, Alba. (2015). Viaje al país más adicto

Lee, S., & Ryu, K. (2012). Plastic Surgery: Investment in Human Capital or Consumption? Journal of Human Capital, 6(3),224-250.

Sharon Heijin Lee. (2016). Beauty Between Empires: Global Feminism, Plastic Surgery, and the Trouble with Self-Esteem. Frontiers: A Journal of Women Studies, 37(1), 1-31.

So Yeon Leem (2017). Gangnam-Style Plastic Surgery: The Science of Westernized Beauty in South Korea, MedicalAnthropology.

Stevenson, Alexandra. (2018). Corea del Sur ama la cirugía plástica y el maquillaje, pero algunas mujeres quieren cambiar eso. The New York Times. En línea