Elaborado por Naileth Jiménez, Alumna del Servicio Social del PUEAA
No es un secreto que China ha buscado volver a su antigua gloria, pues como sabemos en el pasado fue una gran potencia y su influencia y dominio se diseminó prácticamente por todo el mundo, especialmente en las áreas contiguas del continente asiático. Sin embargo, el descubrimiento de las nuevas regiones comerciales realizadas por los españoles y portugueses desde fines del siglo XV y que continuó durante las siguientes centurias, cambió el balance del poder mundial y los países europeos fueron entonces quienes marcaron las tendencias del cambio geopolítico mundial.
Actualmente China se ha convertido en una importante potencia mundial, en 2019 representaba el comercio de bienes más grande del mundo, con un 11,4% del total, es el mayor mercado de destino para 33 países y la mayor fuente de importaciones para 66 naciones.
Uno de los grandes pilares del pensamiento chino, es sin duda el taoísmo. Este concepto es habitual para nombrar dos manifestaciones distintas, por un lado, el taoísmo filosófico (daojia), con sus tres grandes vertientes: Lao zi, Zhuang zi y Lie zing, y dos conceptos clave: el Tao y Wu Wei; por otro, el taoísmo religioso (daojiao), con sus diversas escuelas que tienen como meta suprema la prolongación de la vida.
Se cree que el taoísmo es una religión tradicional arcaica, originaria de china, por lo que no se puede separar de la cultura china pues es una tradición filosófica, espiritual e intelectual. El nombre de esta ideología deriva de la palabra Tao, que significa “camino” y el principio esencial del taoísmo es el “no hacer” (wu-wei), que no significa pasividad, sino que propone evitar realizar acciones no naturales. Es decir, el taoísmo propone la espontaneidad, dejando que las cosas tomen su curso natural, que fluyan, sin forzar las acciones ni interferir en su desarrollo. Todo lo que sucede es parte del Tao y cada ser humano debe buscar el “camino” en su interior.
El taoísmo nos dice que la causa de la miseria humana radica en una serie de cosas artificiales. Para ser felices, debemos volver al estado de la naturaleza, hacer a un lado todo lo hecho por nosotros y predicar que ese estado natural es el camino hacia la verdadera felicidad. Esta visión del taoísmo, al hablar de la naturaleza humana, puede ser similar al confucianismo; sin embargo, mientras que el confucianismo busca encontrar la naturaleza humana a través del esfuerzo humano y el poder del estudio, el taoísmo busca encontrar la naturaleza humana eliminando cosas artificiales.
Brid (2014) nos dice que tanto en Oriente como en Occidente el concepto de creación incluye una dimensión espiritual, puesto que la creación del universo está intrínsecamente asociada al concepto de Dios. En el taoísmo, dicho concepto se encuentra planteado poéticamente en el Tao Te Ching o El libro del camino y la virtud:
El Tao del que se puede hablar no es el Tao absoluto.
Los nombres que se pueden dar no son nombres absolutos.
Lo innombrado es el origen del universo.
Lo nombrado es la madre de todas las cosas. (Lao Tsé,1996)
Con esta cita, Brid (2014) ilustra su afirmación, la cual nos dice que el aparente juego de palabras con el que empieza el Tao Te Ching, atribuido a Lao-tse (siglo VI a. C.), está expresando una profunda verdad psicológica y trascendental que nos ayuda a comprender la forma en que el taoísmo concibe el papel de la creatividad en la experiencia humana.
El taoísmo, al igual que otras importantes cosmovisiones asiáticas, no intenta personificar a Dios y plantea la existencia de un mundo del pensamiento y un mundo de los sentidos. Sin embargo, de una manera tangencial, los taoístas sí reconocen a la divinidad como principio desencadenante de todo lo existente.
Este concepto arraigado íntimamente en la cultura china es imprescindible para poder comprender un poco más la ideología y la cosmovisión de este país. La riqueza y profundidad del taoísmo podemos verla en muchos aspectos de la vida ordinaria de los chinos, reflejándose en los conceptos básicos que condicionan todo su pensamiento: el tiempo, el espacio, la causalidad, la lógica, el simbolismo, etc.
Fuentes
Chi, M., & López Rodríguez, M. del C. (2020). Arte_mplo : los tres pensamientos de Asia (el confucianismo, el taoísmo, y el budismo) en la obra de Minseok Chi.
Hugo Mastrodoménico Brid. (2014). El proceso creativo en el taoísmo y en la psicología occidental. Panorama, 8(14). https://doi-org.pbidi.unam.mx:2443/10.15765
José Arlés Gómez Arévalo. (2006). Interconexión Hombre-Mente-Naturaleza Desde El Taoísmo Una Mirada Desde El Yin-Yang. Hallazgos, 5, 72–86.
La filosofía del taoísmo. (2011). Revista de La Universidad Nacional (1944 - 1992); Vol. 14, Núm. 14 (1949): Revista Trimestral de Cultura Moderna (Abr); 33-39.
El Taoísmo y su influencia en la medicina china. (2012). Medicina Naturista, ISSN 1576-3080, Vol. 6, Nº 1, 2012, Pags. 50-60.
El taoísmo filosófico: Su origen en el contexto de la Historia: Un trabajo de historia intelectual y cultural. (2007).