El mundo occidental se ha encargado de construir un imaginario colectivo de los musulmanes, de los árabes, del islam, que les ve como entes homogéneos, que no responden a las lógicas occidentales, blancas, europeas, cristianas. Se les asocia principalmente con violencia (terrorismo), por lo tanto, se piensa que su establecimiento en países europeos representa una amenaza para la seguridad de los ciudadanos.
Para fines de este texto, se toma la definición de islamofobia hecha por el Consejo de Europa, que le considera como “[…] el temor o los prejuicios hacia el islam, los musulmanes y todo lo relacionado con ellos. Tome la forma de manifestaciones cotidianas de racismo y discriminación u otras formas más violentas, la islamofobia constituye una violación de derechos humanos y una amenaza para la cohesión social”.[1]
Debido a los altos flujos migratorios de Medio Oriente y África a Europa, la discriminación y el racismo se han exacerbado. En este caso, se analizará el caso de Francia, pues en los últimos días, el presidente Emmanuel Macron realizó declaraciones sobre el islam que fueron consideradas como un ataque por países como Turquía, Bangladesh, Arabia Saudita, Pakistán, entre otros.
A principios del mes de octubre, en París fue decapitado Samuel Paty, profesor de secundaria de 47 años de edad. Durante una clase de educación moral y cívica en la que se discutía sobre la libertad de expresión, mostró caricaturas del profeta Mahoma. Al tener alumnos musulmanes, esto les resultó ofensivo, por lo que Paty recibió amenazas, la escuela tuvo quejas de padres que exigían su renuncia. Días después, Abdoulahk A., un joven de 18 años de origen checheno, que no tenía ningún vínculo con el profesor, lo asesinó, mientras que él fue abatido por la policía. Fue sabido que el padre de un alumno de Paty, inició en redes sociales una campaña en su contra, y antes del ataque había estado en comunicación con Abdoulahk, por lo que ya se procede en su contra.[2]
Por su parte, el presidente Macron señaló que se continuará defendiendo la libertad de expresión y el secularismo, que no se renunciará a las caricaturas. Asimismo, días antes había manifestado que el islam se encuentra en crisis en todo el mundo, que se necesita construir un “Islam de la ilustración” porque este integraría de mejor manera a los ciudadanos musulmanes al estilo de vida francés.[3]
Con las declaraciones anteriores, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha pedido a los turcos que boicoteen los productos franceses. De igual manera sugirió que Macron se realizara un chequeo mental, la respuesta no se hizo esperar, y el gobierno francés solicitó que su embajador se retirara de Turquía. Del mismo modo, el primer ministro pakistaní, Imran Khan, acusó al presidente francés de fomentar la islamofobia.[4]
Miles de personas se han mostrado indignadas ante de los planes que tiene el presidente francés para el islam. En Bangladesh han salido a manifestarse pidiendo el boicot a los productos franceses, y que se castigue a Emmanuel Macron por su islamofobia, igualmente, distintas cadenas de supermercados han retirado productos franceses de sus estantes.