Xi Jinping se convirtió en el presidente de la República Popular China en 2012, y con su llegada a la presidencia se vislumbró un cambio en los objetivos que se buscarían alcanzar con relación a su papel en el sistema internacional. De tal forma, se dio a conocer el lanzamiento de la Iniciativa de la Franja y la Ruta como el programa estrella de su política exterior; sin embargo, desde el aspecto ideológico se dio a conocer el concepto del “sueño chino”, el cual llamó la atención de la población china y el mundo entero.
El concepto del sueño chino fue mencionado por primera vez por Xi Jinping en noviembre del 2012 en la exposición del Museo Nacional de China llamada “El camino hacia la Revitalización”, en donde se mostraba acontecimientos desde la Primera Guerra del Opio hasta la Segunda Guerra sino-japonesa, es decir lo que los chinos consideran como el siglo de la humillación. Por lo que, dicho lugar fue perfecto para mencionar discretamente este término por primera vez.
El sueño chino no tiene una definición clara; a pesar de que Xi Jinping lo ha utilizado en diversos discursos, no ha otorgado una explicación precisa; Ramírez, R, (2014) considera que el presidente “ve el sueño chino como una necesidad para seguir impulsando el “socialismo con características chinas” y significa el “rejuvenecimiento de la nación china” a través de un camino exclusivamente chino pero adaptable a lo que el pueblo quiere”
De igual forma, el sueño chino hace alusión a la restauración del país y, por lo tanto, regresar a China a la posición que tuvo en el escenario internacional históricamente antes del siglo XIX, El Centro. Es así, como Xi Jinping dio a conocer en 2013 la Iniciativa de la Franja y la Ruta, como parte de la política exterior con la finalidad de fortalecer su lugar en el sistema internacional e incidir directamente en este.
La Iniciativa de la Franja y la Ruta -Belt and Road Iniciative (BRI) por su nombre en inglés- es un megaproyecto que rescata la idea de las Rutas de la Sedas que consolidaron el dominio económico de las dinastías chinas, de tal forma, al BRI se le llega a nombrar de manera coloquial como la Nueva Ruta de la Seda; actualmente busca impulsar la inversión en infraestructura en aquellos países que decidan unirse al proyecto; en un primer momento se había delimitado su actuar para Asia, Europa y África, sin embargo, posteriormente se ha extendido su alcance hasta los países de Latinoamérica.
El BRI tiene como objetivo facilitar el transporte de las mercancías por vía terrestre y marítima. La Franja o el Cinturón Económico de la Seda –versión terrestre del proyecto–dirige la inversión directa externa en infraestructura en los seis corredores económicos claves que se han establecido. Por otro lado, La Ruta o la Ruta Marítima de la Seda Siglo XXI –versión marítima– se concentra en la inversión para el mejoramiento o creación de puertos estratégicos.
Debido a que pretende lograr un impacto mundial, se le ha considerado como el más grande proyecto económico del siglo XXI. Es así como Müller, C. (2016) considera que “la ruta une continentes, océanos, regiones, países, ciudades, organizaciones internacionales y regionales, instituciones financieras y tratados multilaterales y bilaterales ya existentes y nuevamente creados”.
De igual forma, dentro del BRI se destacan los cinco principios de coexistencia pacífica con lo que se busca mantener relaciones cordiales y amistosas con los demás gobiernos del mundo, estos principios son los siguientes:
1) respeto mutuo a la soberanía e integridad territorial;
2) acuerdo mutuo de no agresión;
3) acuerdo mutuo de no intervención en los asuntos internos;
6) Igualdad y el beneficio mutuo;
5) coexistencia pacífica. (Müller, C, 2016)