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El caso de la contaminación por mercurio en Minamata y sus implicaciones en el futuro
07 may 2021

El mar estaba muy sucio en ese momento. Incluso hoy me dan náuseas de pensar en ello. Era espeso y pesado, más como un pantano que como un mar…”[1]

En enero de 2013 se llevó a cabo en la prefectura de Kumamoto, Japón, la Conferencia de Plenipotenciarios sobre el Convenio de Minamata, un instrumento jurídico internacional cuyo principal objetivo es controlar los riesgos para la salud y el medio ambiente provocados por la producción de mercurio y productos derivados; su firma ocurre 60 años después de uno de los desastres ambientales más lamentables en la historia japonesa, del cual se han aprendido lecciones sobre el correcto manejo de los desechos industriales.

La iniciativa para la creación del Convenio de Minamata surgió dentro del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el cual, mediante una evaluación al manejo del mercurio a nivel mundial, llegó a la conclusión de que había repercusiones nocivas de este elemento y sus compuestos.[2]

El mercurio presenta características fisicoquímicas que lo hacen valioso para la industria en la producción de termómetros, extracción de otros metales, fabricación de piezas de electrónica e incluso para la industria nuclear. Sin embargo, más allá de su utilidad, bajo un manejo inadecuado, representa serias repercusiones para la vida por su alta toxicidad y, a consecuencia de ello, efectos irreversibles en la salud. Su principal consecuencia en Japón fue denominada “enfermedad de Minamata”, un síndrome neurológico causado por consumo de pescados y mariscos contaminados que provocaba la pérdida de control de los sentidos y los movimientos de las extremidades, culminando muchas veces en la muerte de las personas afectadas. [3]

Resulta difícil imaginar a Japón como un país con serios problemas de contaminación por su imagen actual de compromiso con la naturaleza, sin embargo, antes y durante la época de su gran crecimiento económico presentó problemas muy serios que derivaron en las llamadas “Cuatro grandes enfermedades por contaminación de Japón”, dos de ellas provocadas por metilmercurio, un compuesto que puede permanecer mucho tiempo en el ambiente y traspasar las cadenas alimenticias.

La enfermedad de Minamata toma su nombre de una pequeña ciudad costera en la isla de Kyushu al suroeste de Japón, una comunidad de pescadores donde se presentaron los primeros casos de envenenamiento por mercurio. Las primeras manifestaciones ocurrieron en 1953: peces muertos flotando en el agua, desaparición de especies acuáticas, además de comportamientos extraños en los gatos, algo que se denominó la enfermedad de los “gatos danzantes” porque sufrían una serie de movimientos descontrolados de los que no podían recuperarse.


Localización de Minamata en la isla de Kyushu, Japón.

Fuente: https://ireneu.blgspot.com/2011/01/el-vertido-asesino-de-minamata.html

Los casos en humanos se documentaron a partir 1956, el primero, una joven que llegó al hospital con entumecimiento de las extremidades y dificultades para comer y hablar. Con el consecuente número de casos se estableció poco después el Comité de Acción para la enfermedad de Minamata, un conjunto de varias entidades sanitarias donde participó el gobierno local, el gobierno de la prefectura y la Universidad de Kumamoto. De inicio se creía que era contagiosa, sin embargo, al poco tiempo se sospechó de intoxicación causada por el consumo de pescado y mariscos contaminados.[4]

El problema principal del metilmercurio fue su acumulación en el cerebro de los afectados causando daños irreversibles en sus células, y como consecuencia, en el sistema nervioso. Con la enfermedad de Minamata los pacientes presentaban desequilibrio, dificultad para hablar, para escuchar y para ver, pérdida de sensación en las extremidades, además de temblores sobre los que no tenían control.[5] En el caso de mujeres embarazadas el envenenamiento por mercurio traspasó vía intrauterina, lo que causó daños graves en el desarrollo de los bebés afectados.

Debido a las sospechas sobre los productos marinos, la prefectura de Kumamoto estableció, un año después de los primeros casos, la prohibición sobre la pesca en la Bahía de Minamata; sin embargo, se trató de una medida voluntaria en conjunto con los pescadores de la zona, ya que no había evidencia comprobable sobre el agente contaminante en las aguas. Tardó tres años reconocer oficialmente al mercurio como el contaminante que causó la enfermedad de Minamata. [6]

La razón de la presencia de metilmercurio fue la actividad industrial de la compañía Chisso, la única empresa que llevaba a cabo actividades industriales en la zona. Se estableció a inicios del siglo XX en Minamata y se la veía como fuente de mejores oportunidades para la población ante las condiciones de pobreza que se vivían en el país, y en especial en Kyushu, antes del periodo de gran crecimiento económico. Al tiempo que se empezó a descubrir la causa de la enfermedad, la compañía Chisso desvió sus emisiones para evitar acusaciones por los enfermos, no obstante, esto provocó que más personas empezaran a presentar los síntomas por envenenamiento.


Izquierda, áreas afectadas por el derrame de metilmercurio en Minamata (amarillo). Derecha, localización de la planta de la compañía Chisso y su depósito (negro). Fuente: Yokoyama, Hisashi, Mercury pollution in Minamata, Japón, Springer Open, Springer Briefs in Environmental Science, 2018, p.7.

Ante la falta de acción de las autoridades sanitarias y gubernamentales para revertir la situación de desastre ambiental y crisis humana, comenzó la lucha de la sociedad civil para dar voz a los afectados. Michiko Ishimure, escritora y activista, registró en uno de sus libros, Paradise in the sea of sorrow, our Minamata disease, la voz de los habitantes afectados, quienes pasaron por la ignorancia, el engaño, la vergüenza y el enojo, para después salir a buscar justicia hasta la Dieta japonesa.

En la obra de Ishimure se describe todo lo que cambió, social y paisajísticamente, por la llegada de Chisso a Minamata, la contaminación del mar, los obstáculos para resolver el problema, pero principalmente el sentir de los enfermos, quienes se enfrentaban al dolor físico al igual que al dolor provocado por la falta de respuestas, la desesperación y el abandono.

En 1959, después de llevar el caso a la atención del gobierno nacional y de trifulcas violentas en el edificio de la empresa, se estableció un contrato de compensación, el cual, fue descrito por Ishimure como “(Un) documento arrogante, es una clásica instancia de la industria capitalista que atropellaba los derechos humanos más básicos. No solo Chisso rechazó la responsabilidad por la enfermedad de Minamata y a pagar indemnizaciones de acuerdo con los daños causados a las víctimas y sus familias, sino que descaradamente asignaron remuneraciones grotescamente pequeñas a pagar por cada paciente como mimai; ¡un consuelo para la difícil situación de los enfermos!”.[7]


Enfermos de Minamata, fotos de Eugene Smith. Fuente: Revel'art fotografia y Cultura científica

Entre 1932 y 1968 Chisso vertió 27 toneladas de desechos con mercurio y otros contaminantes con la consecuencia de más de 3,000 víctimas, pero, los problemas no solo tenían que ver con los enfermos.[8] Ante ese panorama se crearon diversas asociaciones con el propósito de negociar y/o demandar para que la empresa admitiera su responsabilidad no solo hacia la salud, sino también, al medio ambiente y a la industria pesquera local.

El desenlace desafortunado fue que, aunque pagó multas y se hizo en parte responsable de limpiar la Bahía de Minamata, los afectados tuvieron que esperar décadas para recibir totalmente las compensaciones que merecían. Apenas en 1995 el gobierno japonés resolvió problemas pendientes donde 11,152 personas aceptaron compensaciones, después, en 2009 se emite el Acta sobre Medidas Especiales concernientes a la Compensación de las Víctimas de la Enfermedad de Minamata y la Solución al Problema de la Enfermedad de Minamata, bajo la cual, se compensó a 32,244 personas. [9]

Según la fuente, el número de víctimas es distinto, no obstante, por lo menos la mitad de la población de Minamata tuvo problemas relacionados a la contaminación por mercurio, de las cuales, solo cierto porcentaje recibió alguna compensación. Hasta 1988 se dictó sentencia de dos años de prisión para el presidente de Chisso, Kiichi Yoshioka, y el antiguo director de la planta, Eiichi Nishida, acusados de negligencia ante la catástrofe ambiental; una sentencia que llegó tarde y que reflejó poca exigencia de la justicia japonesa.[10]

El caso de Minamata tiene muchas aristas, reflexionar sobre este suceso lleva a conclusiones como la laxitud gubernamental, la falta de ética empresarial, los efectos a corto y a largo plazo en los ecosistemas, pero también el estigma social de los afectados. Las protestas y demandas de justicia no siempre tuvieron el apoyo de todos, ni siquiera dentro de Minamata, pues hubo personas que no se vieron afectadas. Hasta que el problema llegó a los periódicos se hizo visible a nivel nacional y así las fuertes consecuencias de la enfermedad de Minamata llegaron a ser de interés internacional.

El interés internacional que causó Minamata atrajo a multitud de medios internacionales donde fue reconocida la participación del fotógrafo Eugene Smith, cuyas fotografías muestran el sufrimiento de los pacientes afectados e informó gráficamente sobre las condiciones de la contaminación. En este año (2021) se estrenó la película “Minamata” que trata precisamente sobre el periodo en que Smith realizó su viaje a Japón, encarnado por Johnny Deep, y muestra los obstáculos para realizar su denuncia gráfica ante las condiciones del problema.

También, de forma reciente, este gran problema fue la inspiración para nombrar “Convenio de Minamata” al instrumento jurídico en el marco de las Naciones Unidas cuyo objetivo es “…proteger la salud humana y el medio ambiente de las emisiones y liberaciones antropógenas de mercurio y compuestos de mercurio”.[11] Este convenio entró en vigor en 2017 y a partir de 2020 las partes integrantes prohibirán la importación, exportación y fabricación de productos con mercurio añadido de manera gradual. [12]

Los problemas por contaminación han sido habituales en la historia humana, y pese a su registro, siguen ocurriendo en diversas partes del mundo (en Japón volvió a pasar 10 años después en la prefectura de Niigata). Las lecciones deben ser aprendidas tanto de parte de las instancias nacionales cuanto, de las internacionales para evitar este tipo de incidentes en el futuro. Se debe trabajar el entendimiento de que no solo afectan a los ecosistemas y los paisajes, sino también generan nuevos problemas en el tejido social.



Notas

[1] Ishimure, Michiko, Paradise in the sea of sorrow, our Minamata disease, EEUU, University of Michigan Press, 2003, p.

[2] Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, “Convenio de Minamata sobre el mercurio, textos y anexos”, [en línea], 73pp, septiembre 2017, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, documento en línea, consultado 19 de abril 2021, p.9.

[3] Yokoyama, Hisashi, Mercury pollution in Minamata, Japón, Springer Open, Springer Briefs in Environmental Science, 2018, p. 6.

[4] Ministerio del Medio Ambiente de Japón, “Enseñanzas de la enfermedad de Minamata y el manejo del mercurio en Japón”, [en línea], 69pp., Japón, Ministerio del Medio Ambiente de Japón, septiembre 2013, documento en línea, p.3, consultado 16 de abril de 2021.

[5] Yokoyama, Hisashi, op. cit. p.9.

[6] Ibid. p.10.

[7] Ishimure, Michiko, op. cit. p. La palabra mimai hace referencia a la “buena voluntad” de la empresa con los enfermos, ofrecer la compensación monetaria como un regalo para las personas que estaban pasando por esta difícil situación.

[8] Yacuzzi, Enrique, “Chisso corporation y la enfermedad de Minamata”, [en línea], Documentos de trabajo, nro. 391, 21pp., Argentina, Universidad de Argentina, diciembre 2008, documento en línea, p.5, consultado 13 de abril 2021.

[9] Yokoyama, Hisashi, op. cit. p. 42.

[10] Ibidem, p. 43.

[11] Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, op. cit. p.15.

[12] Ibidem, p.20.


Fuentes

Ishimure, Michiko, Paradise in the sea of sorrow, our Minamata desease, EEUU, University of Michigan Press, 2003, 416 pp.

Ministerio del Medio Ambiente de Japón, “Enseñanzas de la enfermedad de Minamata y el manejo del mercurio en Japón”, [en línea], 69pp., Japón, Ministerio del Medio Ambiente de Japón, septiembre 2013, documento en línea, consultado 16 de abril de 2021.

Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, “Convenio de Minamata sobre el mercurio, textos y anexos”, [en línea], 73pp, septiembre 2017, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, documento en línea , consultado 19 de abril 2021.

Yokoyama, Hisashi, Mercury pollution in Minamata, Japón, Springer Open, Springer Briefs in Environmental Science, 2018, 67pp.

Yacuzzi, Enrique, “Chisso corporation y la enfermedad de Minamata”, [en línea], Documentos de trabajo, nro. 391, 21pp., Argentina, Universidad de Argentina, diciembre 2008, documento en línea, consultado 13 de abril 2021.