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Abiy Ahmed, El premio Nobel de la Paz y el conflicto en Etiopía
04 dic 2020

Abiy Ahmed, primer ministro de Etiopía desde 2018, quien en 2019 recibió el Premio Nobel de la Paz por el histórico acuerdo firmado con el presidente de Eritrea, Isaias Afwerki, que dio fin al conflicto fronterizo que por dos décadas marcó la historia de ambos países, ahora encabeza un conflicto al interior de su país.

Al recibir el Premio Nobel, el primer ministro etíope pronunció un discurso argumentando que la guerra es el epítome del infierno para todos los involucrados; que crea hombres despiadados y salvajes, que su visión de la paz tiene sus raíces en la filosofía de Medemer[1] -la cual es básicamente un pacto de paz que busca la unidad en la humanidad– [2]. El pasado cuatro de noviembre, anunció que su gobierno iniciaría una acción militar en la región Tigray en contra del Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF, por sus siglas en inglés).

El Frente de Liberación del Pueblo de Tigray ha tenido un papel central en la historia etíope. Tras un golpe militar en 1974, el régimen Derg, de corte socialista, se estableció en el poder. Las protestas en su contra eran constantes, pues la población se veía afectada con sus políticas establecias. En 1991 diferentes grupos étnicos formaron una alianza para obtener el poder; entre ellos estaba el Frente de Liberación del Pueblo Tigray (TPLF) y el Frente de Liberación del Pueblo Eritreo (FLPE).

El TPLF, después de la caída del régimen Derg, se posicionó en el núcleo de la nueva política del país, asimismo, fundó el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope junto con la Organización Democrática del Pueblo Oromo, el Movimiento Democrático Nacional Amhara y el Frente Democrático de los Pueblos del Sur de Etiopía. Con su llegada al poder se estableció el federalismo étnico. El grupo se mantuvo en el gobierno del país hasta 2018.

El Frente de Liberación del Pueblo Tigray, que por años fue el líder en la política etíope, perdió su posición cuando Abiy Ahmed, en busca de darle un giro a la política del país, creó el Partido de la Prosperidad; organización a la que se unieron todos los partidos del Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope con excepción del TPLF, el cual quedó fuera de la toma de decisiones del gobierno central. Desde ese momento, el Frente de Liberación del Pueblo Tigray señaló que el gobierno federal ha acusado, perseguido y retirado de sus cargos injustamente a miembros de su frente.

Uno de los mayores puntos de quiebre en la relación entre el gobierno federal etíope y el TPLF se dio cuando, dada la contingencia sanitaria producto del COVID-19, el gobierno anunció que las elecciones generales, previstas para agosto de este año, se realizarán en el 2021. Lo anterior no fue reconocido por el TPLF y siguieron con la organización de los comicios, que fueron considerados por el gobierno de Abiy Ahmed como inconstitucionales.

La tensión entre el gobierno federal y la región de Tigray era evidente, en cualquier momento un conflicto armado se desencadenaría. Luego de que se asegurara que el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray atacó a tropas federales y trató de saquear activos militares, el cuatro de noviembre, el primer ministro, Abiy Ahmed, declaró que “Nuestras fuerzas de defensa… han recibido la orden de llevar a cabo su misión de salvar el país. Se ha cruzado el punto final de la línea roja. La fuerza se está utilizando como la última medida para salvar a la gente y al país”.[3]

Tigray, que limita con Sudán y Eritrea, se ha convertido, en dos semanas, en el centro de un conflicto, el cual Abiy Ahmed denomina una operación de “aplicación de la ley”, que no se prolongará por mucho tiempo. Hasta el momento la información que proporcionan ambas partes del conflicto es incierta y no se puede verificar; por parte del TPLF esto se ve imposibilitado debido a que desde el momento en el que se declaró el inicio de un ataque, el gobierno federal cortó todo tipo de comunicaciones para Tigray. El acceso para los medios de comunicación ha sido limitado y la información que logran proporcionar las partes es contradictoria.

Como consecuencia, en el conflicto de hasta ahora dos semanas, la sociedad civil ha sido la primera y más afectada. Ha provocado, de acuerdo con las estimaciones, que cerca de 30.000 etíopes busquen refugio en Sudán. Mujeres, niñas, niños y hombres han tenido que dejar sus hogares de manera inesperada, ver miembros de sus familias morir y huir sin ninguna pertenencia. Mientras que muchos otros no consideran abandonar la región por miedo a lo que les pueda ocurrir en el camino, la situación dentro de la región es desoladora para quienes deciden quedarse porque al tener las carreteras bloqueadas el subministro de alimentos se ve imposibilitado. [4]

Se han recabado testimonios de personas que aseguran que las fuerzas estatales asesinaban civiles, bombardeaban ciudades y atacaban gente en las calles. De igual manera se han denunciado bombardeos desde Eritrea, sin embargo esta información ha sido negada por ambos gobiernos. Además, el primer ministro etíope ha negado que este conflicto sea de corte étnico, pero se tienen registros de asesinatos de personas de la etnia amhara, testigos aseguran que el responsable fue el TPLF.[5]

De acuerdo a información publicada por Reuters, el ministro de Relaciones Exteriores de Etiopía realizó una gira regional para explicar porqué es necesaria una ofensiva contra Tigray; mientras que líderes de la región señalaron que es necesario establecer el diálogo para detener la crisis humanitaria y de seguridad que se extenderá más allá de sus fronteras si el conflicto continua.[6]

El diálogo para dar un fin pacífico a este conflicto ya no es visto como una opción. Ninguno de los dos frentes está dispuesto a rendirse frente al otro. Es cierto que para alguno de los dos el conflicto será insostenible, pero esto tampoco traerá una solución, los problemas seguirán y es posible que más actores internos y externos se involucren, pues tanto el TPLF como el gobierno de Abiy Ahmed podrían tomar acciones que afecten los estados del cuerno de África. Las consecuencias para la población de Tigray son devastadoras, a pesar de la crisis humanitaria, producto del conflicto, y presión internacional para finalizar los ataques, la guerra no da tregua.


Notas

[1] Palabra de origen amárico, significa sinergia, convergencia y trabajo en equipo por un destino común.

[2] Abiy Ahmed Ali – Nobel Lecture, (2019), en NobelPrize.org. Nobel Media AB 2020. Documento en línea [Consultado:17 de noviembre de 2020]

[3] S/A, (2020), Ethiopia declares state of emergency in opposition-ruled Tigray [en línea], en Aljazeera. Documento en línea [Consultado:17 de noviembre de 2020]

[4] S/A, (2020), Etiophia: Both sides claim militay gains as fighting rages [en línea], en Aljazeera. Documento en línea [Consultado: 18 de noviembre de 2020]

[5] S/A, (2020), Ethiopians fleeing Tigray war recount horros as fighting rages [en línea], en Aljazeera. Documento en línea [Consultado: 18 de noviembre de 2020]

[6] Paravicini, G., (2020), Ethiopian tropos push for regional capital, rebels promise “hell” [en línea], en Reuters. Documentos en línea [Consultado: 18 de noviembre de 2020]

Referencias

Abiy Ahmed Ali – Nobel Lecture, (2019), en NobelPrize.org. Nobel Media AB 2020. Documento en línea [Consultado:17 de noviembre de 2020]

Paravicini, G., (2020), Ethiopian tropos push for regional capital, rebels promise “hell” [en línea], en Reuters. Documento en línea [Consultado: 18 de noviembre de 2020]

S/A, (2020), Ethiopia declares state of emergency in opposition-ruled Tigray [en línea], en Aljazeera. Documento en línea [Consultado:17 de noviembre de 2020]

S/A, (2020), Etiophia: Both sides claim militay gains as fighting rages [en línea], en Aljazeera. Documento en línea [Consultado: 18 de noviembre de 2020]

S/A, (2020), Ethiopians fleeing Tigray war recount horros as fighting rages [en línea], en Aljazeera. Documento en línea [Consultado: 18 de noviembre de 2020]