¿Sabías que México y Filipinas comparten una rica historia y cultura en común?
La influencia colonial española, el intercambio cultural y la migración han tejido un tapiz de similitudes entre estas dos naciones. En este blog, exploraremos las conexiones entre México y Filipinas, desde las historia y tradiciones, hasta las costumbres y las festividades por medio del colonialismo español y la interconexión cultural en el Pacífico. ¡Únete a nosotros en este viaje de descubrimiento!
Para entender la relación entre México y Filipinas hay que tener en cuenta que ambas naciones fueron reclamadas por la colonia española en 1521, México fue conquistado por Hernán Cortés y Filipinas por Fernando de Magallanes. Las Filipinas fueron bautizadas por el explorador Ruy López de Villalobos en honor del Príncipe Felipe de Asturias y fueron integradas como colonia española en 1565.
Esta historia, evangelización y colonización española que ambas naciones tienen en común constituyeron un punto importante en la creación del vínculo intercontinental entre América y Asia, materializado en el Galeón de Acapulco. El comercio entre Cantón y Acapulco se realizaba a través de Manila hace más de 450 años, el Galeón de Manila, la Nao de Manila o también conocido vulgarmente como la Nao de China fue una ruta comercial que uniría a México y Filipinas.
El Galeón de Manila fue parte de la flota de navíos españoles que cruzaban el océano Pacífico una o dos veces por año entre a ciudad de Manila (Filipinas) y los puertos de Nueva España en América, principalmente Acapulco, Bahía de Banderas y San Blas en Nayarit y el Cabo San Lucas en Baja California Sur como una ruta comercial transpacífica.
Fue inaugurada en el año de 1565, trazando su ruta desde la Nueva España hasta las Islas Filipinas en donde se convertiría en la principal conexión entre Asia y América. Durante estos siglos, este galeón transportó mercaderías de Manila a Acapulco como serían la plata como principal mercancía; seda; porcelana; especias como canela, pimienta, clavo de olor y nuez moscada; productos agrícolas como los cocos, el mango Manila, el tamarindo, el arroz y artesanías, al igual que otras productos novohispanos como el cacao, la vainilla, tintes, cueros, cultivos agrícolas de origen americano, tales como la papa, maíz, tabaco, cacahuate, el girasol, tomate, aguacate, aguacate, guayaba, maguey, tabaco, piña, arrurruz, pallar, papaya, zapote, jitomate y calabacín y la calabaza.
También constituía un modo de transportar a los migrantes de las Filipinas a la Nueva España, como serían misioneros, comerciantes, soldados y prisioneros en búsqueda de la expansión del imperio español. Esta ruta de comercio estuvo activa de 1565 hasta 1815,cuando la guerra de Independencia de México interrumpió el servicio y el General José María Morelos y Pavón tomó el puerto de Acapulco.
Este no es el único punto de la historia en el que México y las Filipinas se han encontrado. Otra presencia mexicana relevante en Filipinas fue la del Escuadrón 201, durante la Segunda Guerra Mundial. Entonces México participó en la Campaña del Pacífico contra los japoneses con un contingente de la Fuerza Aérea Expedicionaria mexicana, que llegó a Manila el 30 de abril de 1945, comandado por el Coronel Antonio Cárdenas Rodríguez.
No podemos negar que la presencia española en México y Filipinas dejó una huella en la cultura, la religión y la política de ambos países en la introducción de la fe católica, la lengua española y las instituciones coloniales se convirtieron en elementos comunes que unirían a estas dos naciones.
La influencia colonial española en ambos países es la razón principal de estas similitudes, de esta manera España llevó su cultura, religión y tradiciones a ambos países creando un mestizaje cultural que, junto con las conexiones de estas naciones por las rutas de comercio marítimos y flujos migratorios llevaron a la creación de patrones culturales similares por medio del intercambio de prácticas y saberes locales.
Todos estos fascinantes resultados en intercambios culturales entre México y las Filipinas no sólo contribuyeron al intercambio de materias primas e insumos como vimos anteriormente, sino que también se generó intercambio cultural, artístico, social y lingüístico. Podemos notar este tipo de similitudes dentro de las festividades y costumbres de ambos países, de las cuales podemos encontrar las siguientes.