Un fenómeno en ascenso: el Hallyu en México

Elaborado por Naileth Jiménez, Alumna del Servicio Social del PUEAA

Catalogado como un fenómeno cultural por sus alcances a nivel internacional, el “Hallyu” o también conocido como la “Ola coreana” se ha vuelto un elemento emblemático de la cultura coreana durante la última década. Este término se utiliza para referirse a la popularidad del espectáculo coreano en Asia y varias partes del mundo, apareció por primera vez a mediados de los 90. Entre sus distintas manifestaciones más destacadas tenemos: la música (denominada como K-pop), las telenovelas (K-dramas), la moda, el idioma, el cine, los artículos de belleza y cuidado personal (K-beauty) y la gastronomía. Estas manifestaciones han alcanzado dimensiones globales debido a la difusión que se ha hecho de ellas gracias al uso y la incorporación de las nuevas tecnologías de la información, tanto para su producción, como para su difusión masiva, trascendiendo fronteras.

En el caso de México, el Hallyu llegó en el 2002 con la difusión y promoción de dramas coreanos transmitidos a través del Canal 34 (televisión abierta mexicana). Sin embargo, es hasta el 2010, que este fenómeno empezó a crecer y tener mayor difusión gracias a su expansión por medio de plataformas en Internet, como YouTube.

Los K-dramas han jugado un papel muy importante en la diseminación del Hallyu, pues fueron las mismas telenovelas coreanas “las que en un principio fungieron como una especie de vehículo de la música pop coreana, ya que esta formaba parte de los melodramas al ser incluida como banda sonora de estas producciones” (Vidal, 2014, p. 11) estos son un elemento fundamental para la expansión de este fenómeno en nuestro país, pues las telenovelas tienen un lugar especial dentro de las sociedades latinoamericanas. Hoy en día los servicios de streaming como Netflix facilitan y promueven el acceso a dichos productos. Se puede inferir que el K-Pop y los K-dramas se han convertido en un activo cultural importante en los países de habla hispana.

En Ciudad de México se han llevado a cabo eventos relacionados con el Hallyu impulsados por los propios fans y distintas instituciones como el Centro Cultural Coreano, como ejemplo podemos mencionar la cuarta edición del Festival de K-pop Cover Dance, realizado el pasado domingo 3 de julio, traído gracias a la Embajada de la República de Corea en México y al periódico The Seoul Shinmun. Para esta ocasión, el grupo de k-pop, KINGDOM, bajo GF Entertainment, fungió como jurado.

Las distintas manifestaciones de la Ola Coreana, vistas como productos culturales derivados de una gran industria cultural, “generan formas de percepción y son parte de un proceso de construcción de significados” (Guillén, 2013, p. 18). Como he mencionado anteriormente, la cultura es el ámbito donde se producen significados, los productos culturales, por lo tanto, se encuentran llenos de estos significados y por ello pueden moldear y modificar las distintas percepciones y conductas de los distintos individuos que los consumen. Esta idea de consumo brinda la posibilidad de observar las relaciones de comunicación, y por ende de integración, colaboración y hasta de diferenciación que surgen entre las personas que componen las distintas audiencias que consumen manifestaciones culturales provenientes del Hallyu.

Pero ¿qué beneficios encontramos de todo esto? Uno de los mayores beneficios que podemos encontrar, es la interculturalidad entendida como esta convivencia armoniosa, respetuosa, enriquecedora de grupos o individuos culturalmente distintos. El encuentro intercultural se ha convertido en una realidad ineludible para todos aquellos que quieran migrar por razones económicas o académicas, así como realizar viajes turísticos. También en el mundo empresarial constantemente se necesita negociar con compañías extranjeras y realizar incursiones en mercados internacionales.

De ahí la importancia de la comunicación intercultural, la cual cubre todas las esferas, desde las de índole económica y comercial hasta las experiencias cotidianas de los individuos que interactúan y dialogan. Esta no sólo involucra los aspectos culturales que conforman una identidad personal y grupal, sino la forma en la que esas prácticas culturales se encuentran, chocan, se retroalimentan y se transforman.

Tomando en cuenta lo anterior, es preciso afirmar que la interculturalidad es parte fundamental del Hallyu, pues lo ha convertido en un gran puente para el diálogo intercultural, no sólo con Latinoamérica, sino que también con muchas partes del mundo. Lo importante es mantener la reciprocidad, que es la que hace más interesante y divertido este fenómeno socio-cultural.


Referencias

Alpízar, R. & Robledo, A. (30 de junio de 2021) La Ola Coreana en México. Redes sociodigitales y fangagement. Revista Digital Mundo Asia Pacífico. http://dx.doi.org/10.17230/map...

Guillén, H. (2013). Desnudando al porno. Controversias en torno a la comercialización del sexo a través del proceso de producción de pornografía amateur: la Editorial Matlarock en México. Tesis doctoral en Ciencias Antropológicas UAM Iztapalapa, México.

López, Nayelli. (2022). Del Hallyu al K-pop, Café Expreso Humanidades en diálogo, Coordinación de Humanidades, Universidad Nacional Autónoma de México, 25 de mayo, en línea

Sánchez, I. (s/f) La interculturalidad del fenómeno Hallyu. Surfeando la ola. Memorias del XXI Concurso Lasallista de Investigación, Desarrollo e Innovación, en línea

Vidal, L. A. (2014). Pop Power: Diplomacia Pop para una Sociedad Global, Perú