Bután: “El país de la felicidad”

Elaborado por Alanis Guerrero, Alumna de Servicio Social del PUEAA

Bután, cuyo nombre oficial es Reino de Bután, es un pequeño país de apenas 38.394km2 ubicado en la parte oriental de la cordillera del Himalaya, colindando al norte con China y en las demás latitudes con India, su ubicación geográfica le imprime a este país una de las características más reconocidas del mismo, las montañas. Bután es conocido al exterior por ser una especie de “Edén” entre montañas y mucho del poco turismo del país se centra en este atractivo.[1] Es conocido en el exterior por ser uno de los Estados más pequeños, menos desarrollados y pobres, pero también por ser el único país que para medir su desarrollo no utiliza medidores como el PIB, sino que ellos implementan el Índice de Felicidad Bruta (IFB), lo que le ha llevado a ganarse apodos como “el país de la felicidad”. Pero, ¿de dónde surge la idea de dicho índice? ¿Por qué medir la felicidad? Para responder estas preguntas conozcamos primero un poco más de este país.

Uno de los primeros datos que sorprende al buscar información sobre Bután es su población de menos de un millón de personas, 763,000 habitantes en total en 2019 de los cuales 203,300 se concentran en la capital del país, Timbu.

Bután es un país agrícola, ya que en este sector se concentra el 55% de la fuerza de trabajo del país, aunque el fuerte de las divisas que recibe es por la venta de energía hidroeléctrica a la India, se puede decir que las actividades económicas están orientadas principalmente a cubrir la demanda interna, por ejemplo, la industria manufacturera como el procesado de alimentos, artesanía y textil, tienen ese fin. Algo que caracteriza a la economía de este país es que se tiene particular cuidado en la explotación sostenible de los recursos.

El Reino de Bután es un país budista, lo cual no es reciente. La relación con esta religión data desde su historia antigua ya que tras diversos enfrentamientos y victorias de los emperadores tibetanos estos fueron expandiendo el budismo en diferentes corrientes.

La historia de Bután como Estado-Nación data de 1626 con el establecimiento de un gobierno teocrático y el nacimiento de Druk Yul (Bután en idioma dzongkha y que significa “la tierra del dragón del trueno”, es de esta manera como los butaneses se refieren realmente a su país) a manos de Ngawang Namgyal (Zhabdrung Rinpoche) un lama de linaje Drukpa, quien al construir una serie de castillos fortificados dzongs logró centralizar el poder de los territorios locales, “sentando las bases de la organización territorial y organizativa del reinado para los próximos tres siglos”,[2] esto también lo logró con la implementación del código Tsa Yig Chenmo entre 1626-1627, en el que se establecía un gobierno secular llamado Druk Desi y una autoridad religiosa llamada Je Khempo.[3]

De acuerdo con Luis Rodríguez es en el Tsa Yi Chenmo en el que se pueden encontrar los primeros vestigios de la felicidad como objetivo político ya que tenía un gran componente moral basado en principios budistas. Allí se dictaba que el rey encontraría el camino a la felicidad siguiendo el camino del dharma, y a su vez los que fueran gobernados por este serían guiados por el mismo camino. No obstante, y de acuerdo con Rodríguez, la felicidad como institución rectora de la política no sería explícitamente mencionada como objetivo político hasta mitades del Siglo XX cuando Jigme Singye Wangchuck, cuarto Rey Dragón, fue coronado y creó el IFB, como un “dispositivo sociopolítico que sirve como herramienta de planificación y evaluación de las políticas públicas del país con el objetivo de la felicidad puesto en el centro”.[4] Con este índice se pretende conseguir “un equilibrio armonioso entre el bienestar material y las necesidades espirituales, emocionales y culturales de la sociedad”.[5]

Para la medición del IFB se toma en cuenta 4 pilares que son el desarrollo económico, la preservación ecológica, la preservación cultural y el buen gobierno; a su vez giran en torno a 9 áreas fundamentales: bienestar psicológico, uso del tiempo, vitalidad de la comunidad, diversidad cultural, resiliencia ecológica, estándares de vida, salud, educación y buen gobierno.[6]

Entre las principales motivaciones del Cuarto Rey Dragón de instaurar este índice fue que al llegar al poder su país era catalogado por las instituciones internacionales como un país pobre “y carente de posibilidades en términos de renta nacional y Desarrollo Humano para proveer el bienestar social de la población”[7], pues los índices establecidos internacionalmente no reflejaban la realidad concreta de su país por lo que necesitaban un índice que si lo hiciera. Esto también se relaciona con la particular idea de desarrollo gestada por el Rey, ya que de acuerdo con su filosofía el progreso no debe medirse solo en dinero, sino que el desarrollo real de la sociedad ocurre cuando lo material y lo espiritual se complementan y se equilibran.[8]

Pero ¿Qué es la felicidad para los butaneses? De acuerdo con Dasho Karma Tshiteem, presidente de la Comisión Real de Servicio Civil y ex-secretario de la Comisión Nacional de Felicidad de Bután, su concepción de felicidad es diferente a la manera a veces frívola en la que se entiende en otras culturas, de igual forma su concepción entiende a la felicidad más a allá de una emoción. “Aquí en Bután cuando hablamos de felicidad, en realidad, nos estamos refiriendo a satisfacción, pero satisfacción con la vida. Todos nos decimos constantemente que es lo que queremos lograr en la vida, sin embargo, esa elección es definir qué y cómo”.[9]

Podemos decir entonces que la existencia y mantenimiento del IFB se debe a dos factores: al arraigo del budismo como religión, filosofía de vida y política; y al conservadurismo cultural y ostracismo respecto a la comunidad internacional.

El arraigo de la sociedad butanesa a la religión budista se puede ver fácilmente en su concepto de felicidad, pues este se empapa de ideas budistas, herencia de su historia y evolución como Estado-nación, pues la religión ha estado fuertemente ligada al poder político y a la sociedad butanesa.

“El lama reencarnado Mynak Trulku explica […]: ‘La felicidad interior bruta se basa en dos principios budistas. Uno es que todas las criaturas vivas persiguen la felicidad. El budismo habla de una felicidad individual. En un plano nacional, corresponde al Gobierno crear un entorno que facilite a los ciudadanos individuales encontrar esa felicidad. El otro es el principio budista del camino intermedio’".[10]

El conservadurismo cultural se puede ver en las estructuras autoritarias que priman en el país, pues si bien se instauró una constitución en 2008 que permitió la creación de una monarquía constitucional y la “modernización” de la estructura estatal, el poder político sigue estando altamente centrado en la figura del Rey. Igualmente este conservadurismo se liga a lo que Raúl Espitia nombra costumbrismo cultural que a través del conjunto de costumbres culturales como lo son los ritos, la religión, sus artesanías y vestuarios, los butaneses crean una sociedad más coaccionada y menos individualista, pues al compartir todos una misma idiosincrasia trascienden la conciencia individual, lo que a su vez crea una conciencia colectiva fortaleciendo más sus vínculos sociales.[11] Lo anterior podría también explicar el poco interés de la sociedad butanesa para abrirse al exterior ya que no comparten los valores de las sociedades capitalistas.

En conclusión, el IFB creado no hace más de 50 años busca crear un punto medio para el desarrollo de Bután, pues si bien lo que se persigue es el progreso de la sociedad butanesa esto no significa que solo se haga en el ámbito materialista sino de una forma holística respecto al bienestar individual y colectivo. Índices como el PIB solo miden los flujos de capitales; otros como el IDH se han demostrado con retos para poder realmente hacer una medición del bienestar social y que ha derivado en la creación de otros indicadores como el coeficiente de Gini; en este caso el IFB trata de crear un punto medio donde a la par de lograr la satisfacción de las necesidades materiales, un “progreso económico”, se logre que las personas tengan una vida gratificante. Sin duda alguna el caso de Bután invita a la reflexión sobre las ideas de desarrollo dominantes fuera de este país y lo que se considera una buena vida.


Notas

[1] Bután empezó a abrir sus fronteras al turismo a partir de la década de los 70’ del siglo pasado, en la actualidad el turismo sigue siendo muy poco y muy selecto, ya que se tiene una política de “no al turismo masificado”.

[2] Rodríguez, L. (2019) Breve historia de Bután. Recuperado el 18 de Agosto de 2021, documento en línea p.377

[3] Rodríguez Óp. cit. p. 388

[4] Espitia, R (2016) La Felicidad Nacional Bruta (FNB) y sus efectos como indicador del bienestar social sobre la población en el Reino de Bután (2010-2015), recuperado el 18 de agosto de 2021, documento en línea p.10

[5]Ibídem p.9

[6] ibídem p.14

[7]Ibídem p.12

[8] GuimÃ3n, P. (2009, 29 noviembre). El reino que quiso medir la felicidad. Recuperado 19 de agosto de 2021, en línea

[9] Karma, D. (2021, 09 de febrero) Karma Tshiteem: “En Bután tenemos un concepto distinto de felicidad”, en línea

[10] GuimÃ3n, P. ibídem

[11] Espitia, R Op. cit. p.22


Fuentes

“Breve historia de Bután…” Luis Rodríguez Calles, documento en línea

“Bután ¿El país más feliz del mundo?” ethic, en línea

“Bután el país de la felicidad” La vanguardia, en línea

“Bután, el país de la felicidad en transición” DW Documentales, en línea

“El reino que quiso medir la felicidad” El País, en línea

“Entrevista a Karma Tshiteem…” Biblioteca del Congreso Nacional de Chile, en línea

“Este país decidió medir su PIB con felicidad…” Business insider, en línea

“Facts about Buthan” World Facts Index, en línea

“La Felicidad Nacional Bruta (FNB) y sus efectos..” Raúl Yesid Espitia, documento en línea

“Reino de Bután” Oficina de Información Diplomática de España, documento en línea