El hikikomori representado en el anime

Una de las industrias más importantes para Japón en la actualidad es la de la animación, también conocida como anime. El anime es más que una industria de entrenamiento, pues ha permitido realizar un reflejo de la propia sociedad japonesa gracias al peso que desempeña la herencia cultural del país, así como los cambios sociales, económicos e incluso políticos dentro de este medio. Debido a la constante presencia del anime y manga dentro de la vida cotidiana de los japoneses, se ha podido vislumbrar el impacto e influencia que han tenido en la población mundial, permitiendo un acercamiento a la complejidad de la colectividad nipona.

El anime al ser considerado un medio de comunicación masivo debido a que es uno de las industrias de entretenimiento más consumidas mundialmente, ha proporcionado un acercamiento a aquellas prácticas y problemáticas japonesas que surgen en la vida cotidiana, a través de elementos y productos que son de fácil comprensión, ya que permite romper con todas aquellas diferencias culturales al acercar a un mayor público todos aquellos hábitos que son desconocidos para los extranjeros al ejemplificarlas de manera visual. “Lo cierto es que el manga, como parte de la cultura japonesa, es un reflejo de sus costumbres. Nos encontramos en el manga con acciones y objetos que para nosotros no tienen sentido, pero son manifestaciones de sus supersticiones y modos de hacer […] Son un fiel reflejo de la sociedad japonesa y de su modo de vida: vemos la dedicación del obrero japonés, las jornadas laborales, las salidas a bares-restaurantes tras el trabajo o los fines de semana” (Baigorri, 2014, 368).

Pero el anime no solo nos enseña acerca de las costumbres japonesas, sino que nos demuestra otros aspectos de su cultura, gracias al contexto sociocultural que se encuentre viviendo o que conozca el autor. Por ejemplo, existe el caso de Rurouni Kenshin, un anime ambientado en la era Meiji en el cual se puede apreciar la transición hacia la modernización y el fin de los samurái; por otro lado, tenemos el caso de Koe no katachi, una película que refleja temas contemporáneos, como el acoso escolar o la exclusión social, los cuáles afectan principalmente a la juventud japonesa.

En la actualidad, uno de los mayores problemas que Japón ha tenido que enfrentar es el caso del fenómeno conocido como hikikomori, el cual consiste en la reclusión o aislamiento social. Los antecedentes del hikikomori pueden rastrearse a la década de 1980 cuando se empezó a investigar sobre el síndrome de rechazo escolar, sin embargo, fue hasta la década de los 90 que aumentó la atención que se le estaba brindando a este fenómeno.

María Elena Romero (2019) menciona en Hikikomori, Las voces silenciosas de la sociedad japonesa, que el psicólogo Tamaki Saito definió a las personas que padecen de este síndrome como aquellas que tienden a recluirse en sus hogares por un largo periodo de tiempo debido a una fobia social. Las causas que han generado a este fenómeno son variadas, como la presión que se puede encontrar en el sistema educativo o en el mundo laboral, o cambios en el entorno personal. La tensión que enfrentan los individuos ha causado que las personas opten por permanecer en sus domicilios buscando una alternativa que les permita “escapar” de la realidad.

Este fenómeno ha tenido una gran presencia en Japón debido al ambiente e influencia de la cultura que rodea a las personas. “El tránsito de la derrota de la Segunda Guerra Mundial a ser la segunda economía en el mundo; y de ser modelo de desarrollo y avance tecnológico, al estallido de la economía burbuja, han propiciado ambientes de incertidumbre en los jóvenes” (Romero, 2019, 128).

Como se mencionó anteriormente, el anime ayuda a darle visibilidad a todas aquellas problemáticas que en muchas ocasiones la sociedad busca ignorar o pasar por alto. La animación japonesa ha utilizado el fenómeno del hikikomori para ejemplificar las dolencias a través de un personaje y cómo es que las ha superado para salir adelante. La animación utiliza los distintos tipos de aislamiento para demostrar las distintas maneras que las personas utilizan para evitar el contacto con los demás. Los tipos de hikikomori que existen son los siguientes:

  • Hikikomori social: son quienes no trabajan ni estudian, solo mantienen unas pocas relaciones sociales en lo virtual;
  • Tachisukumi-gata: son aquellos que tienen una fuerte fobia social por lo que evitan el contacto con los otros, pero no se aísla del todo; y,
  • Netogehaijin: conocidos como “zombie de la computadora”, son quienes pasan horas conectados en internet tratando de convivir con el exterior. (Revista Cabal, 2019)

¡Uno de los animes más conocidos que hablan acerca de este tema es NHK ni youkoso! (2006) sigue la vida de Tatsuhiro Satou. Este anime ayuda a ejemplificar y comprender cómo es que es la conducta y forma de vida de los hikikomori, por ejemplo, el departamento de Satou se puede ver lleno de basura y desordenado, suele permanecer despierto en las noches navegando en internet y durmiendo en el día, no trabaja ni estudia y solo mantiene contacto con su madre. A lo largo de la historia podemos observar la fobia y miedo que tiene el protagonista por convivir con la sociedad, así como los cambios que busca aplicar para cambiar su realidad a pesar de sus constantes negativas.

Por otro lado, tenemos a No game no life (2014), donde se sigue la historia de dos hermanos, donde Sora no estudia ni trabaja y solo mantiene contacto con su hermana Shiro, ambos personajes son considerados como netogehaijin pues dedican gran parte de su vida a jugar videojuegos. Si bien Sora suele encontrarse aislado del resto de la sociedad, a lo largo de la historia se puede ver que es capaz de convivir con otros jugadores e interactuar con ellos si la situación lo amerita, por lo que también se le puede considerar como un hikikomori social.

En ambas obras se puede observar que las nuevas tecnologías han jugado un papel importante en el aislamiento social de los personajes, pues les brinda una alternativa donde los hikikomori se pueden desenvolver de manera segura pues no tienen que abandonar una habitación ya conocida ni interactuar de manera directa con personas. “Internet les proporciona a estos jóvenes un sentimiento de protección, de fe ilusoria, un sentido de comunidad se convierte en una brújula en la realidad compleja y fragmentada. A juicio de esta investigadora, el joven apartado del mundo real encuentra en la realidad virtual un mundo posible, emocionante, protector y orientador. En suma, se convierte para él en todo aquello que el mundo real no puede darle” (Vrioni citado en Maya-Ambía, 2021, 106).

El anime ayuda a visibilizar el fenómeno para poder generar conciencia en un mayor público al ejemplificarles los síntomas y actitudes que las personas pueden desarrollar. A su vez permite vislumbrar todas las situaciones que pueden desencadenar el fenómeno. Sin embargo, la manera en la que suelen ejemplificar al síndrome puede causar que algunos busquen replicar el estilo de vida y hábitos de los hikikomori al romantizar esta idea en lugar de identificar el verdadero problema que implica este fenómeno social, que cada vez es más común, no solo en Japón sino en el resto del mundo.

Referencias

Baigorri, M. d. C. (2014, junio 23). El maga, su imagen y lenguaje, reflejo de la sociedad japonesa. Espacio, tiempo y forma: Historia contemporánea, 5, 355-375. Documento en línea

Maya-Ambía, C. (2021). Cansados de la sociedad: Hikikomori. In Japón: el cansancio de una nación (pp. 102-112). Libro en línea

Revista Cabal. (2019). Hikikomori, aislados del mundo. Revista Cabal. Documento en línea

Romero, M. E. (2019). Hikikomori. Las voces silenciosas de la sociedad japonesa. México y la Cuenca del Pacífico, 8(23), 123-138. Documento en línea