Efectos económicos de los desastres naturales en el Sureste Asiático

De acuerdo con la Comisión Económica para Asia Pacífico (ESCAP por sus siglas en inglés), una persona que vive en Asia Pacífico es dos veces más propensa a ser afectada por un desastre natural que un habitante de África, seis veces más que un habitante de América Latina y el Caribe y 30 veces más que quien habita en Europa. Esta situación corresponde a que las zonas en islas y costas del mundo son las más susceptibles de verse afectadas por los impactos potenciales del cambio climático, y que además se caracterizan por climas tropicales, zonas sísmicas y fenómenos meteorológicos poco predecibles. Eventos de acontecimiento imprevisto causados por la naturaleza, o por alguna intervención humana, son especialmente importantes en la región del “Asia de los monzones” porque entre 1990 y 2015 han ocurrido más de mil que, de acuerdo a la definición metodológica de ESCAP, sobrepasaron la capacidad local requiriendo asistencia externa por causar grandes daños, destrucción y abatimiento humano.

Los efectos de estos desastres naturales son por lo general negativos, pérdidas humanas, materiales, económicas y de diversidad biológica. En este sentido surge la necesidad de pensar los desastres naturales desde diferentes disciplinas, como es la economía, ya que el costo de la inacción es sustancialmente mayor y podría perdurar por generaciones.

Dichos efectos pueden agruparse en tres grandes pérdidas: ambientales, sociales y económicas. Algunos de estos efectos pueden parecer más catastróficos que otros u observarse gradualmente, sin embargo, se interrelacionan y en su gran mayoría derivan en pérdidas para las naciones que pueden trascender y agravarse.

En los países de la Asociación de Naciones del Sur Este Asiático (ASEAN) hay 17 ciudades extremadamente vulnerables a desastres naturales con una población en extremo riesgo que se estima alcanzará hasta los 66 millones en 2030. Ésta problemática nos introduce a los efectos sociales adversos asociados a los desastres naturales, como es el desplazamiento forzado de la población (entre 2008 y 2011 en el Sureste de Asia se desplazaron a 29.8 millones de personas) (ESCAP, 2015). De igual forma, a pesar de que las grandes pérdidas monetarias son en cuanto a infraestructura, los desastres afectan con más fuerza a la población en situación de pobreza que conlleva a incrementar las desigualdades. Por último, vale mencionar las pérdidas ocasionadas en cuanto a patrimonio cultural, emocional y otras inmateriales.

Desde el punto de vista económico los efectos de los desastres naturales pueden dividirse en tres categorías: costos directos, costos indirectos y efectos secundarios. Los primeros se relacionan con daños a los bienes de capital como edificios, plantas industriales, inventarios y vías de comunicación, por mencionar algunos. Los costos indirectos son aquellos observados en la demanda efectiva, los flujos de bienes y servicios, la producción, ingresos, el incremento de precios tras el desastre, los gastos médicos y las pérdidas de productividad por enfermedades y muertes humanas. Por último, los efectos secundarios son aquellos observados en el corto y largo plazo en el desempeño de la economía afectada, es el caso de las repercusiones en el comercio, en balanza de pagos (déficit comercial, endeudamiento) y presupuestaria (por la significancia en el aumento del gasto público), la distribución del ingresos, la incidencia de la indigencia y pobreza; y algunos extraordinarios como efectos en la política fiscal y monetaria para paliar las consecuencias de los desastres (Benson, 1997). Aunque también existen efectos positivos tras “la tormenta” como booms de construcción y mejora de infraestructura.

Mientras que la tendencia mundial de daños económicos ocasionados por desastres naturales se mantiene estable, en el Sureste Asiático se ha incrementado hasta llegar a un pico del 1.8% como proporción del PIB en 2011 cifra que a nivel mundial significó un 0.5% (véase Gráfica 1).

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Gráfica 1. Sureste Asiático y Agregado Mundial: Daños económicos ocasionados por desastres naturales como porcentaje del PIB, (1990-2015).

Para hacer frente a los desastres naturales es muy importante la sanidad de las finanzas públicas, de hecho, los fondos para la prevención de desastres son considerados estabilizadores automáticos, es decir sirven para estabilizar los cambios en el nivel de actividad económica a través de, en este caso, gasto fiscal. Por lo tanto, para su funcionamiento es importante mantener las finanzas públicas sanas, pues de lo contrario ejercer gasto no previsto por el acontecer de un desastre natural podría significar mayores niveles de endeudamiento que en conjunto con los menores niveles de producción, productividad, ingresos y demanda llevarían a la desestabilización macroeconómica de las economías, que sería una situación aún más indeseada y perjudicial para la región. Por ejemplo, se estima que las pérdidas en el bienestar son cercanas al 20% (Benson, 1997).

También es importante contar con recursos financieros propios e instrumentos de ahorro, crédito y seguro justos, que en momentos de desastre puedan aminorar las pérdidas de ingresos, mantener los fondos de ahorro estables y soportar la demanda de créditos sin ser altamente lucrativos; y por lo tanto favorecer a la población vulnerable por ingresos o carencias sociales. A nivel de los hogares, contar con un seguro que permita lidiar con la perdida de casas, automóviles, etc. permite que el impacto sobre los ingresos no sea tal que a su vez repercuta en los niveles de consumo y derive en pérdidas a nivel micro y macroeconómico. Al igual, una medida precautoria en los hogares se puede invertir en adaptaciones a prueba de desastres de las viviendas y acceso a sistemas de alerta temprana.



Bibliografía

Benson, C. (1997) The Economic Impact of Natural Disaster in Viet Nam. Working Paper 98. ODI.

ESCAP (2015) Asia Pacific Disaster Report 2015: Disasters without borders Regional Resilience for Sustainable Development. ESCAP. ESCAP (2015) Database about Natural Disasters in South-East Asia. Disponible en http://data.unescap.org/escap_stat.



Fecha de publicación: 12/10/2018