Impacto social y económico del calentamiento global en África

Emilia Oliva

Autora

“África es el continente que menos contribuye al calentamiento global en términos absolutos y por persona. África es responsable de la menor parte de emisiones de gases invernadero […], y a pesar de todo, África es una de las regiones más vulnerables ante el cambio climático”, afirma Johari Gautier Carmona en su libro África: cambio climático y resiliencia. Retos y oportunidades ante el calentamiento global (Ediciones UAB, 2022).

Desde el origen, el ser humano ha buscado asentarse en aquellas zonas que le permitan tener acceso a recursos básicos; alimento y agua. En el caso de África, el reto es más complejo: las tierras áridas representan un 60% de la superficie, el 31% de las de pastoreo y el 19% de los bosques y zonas forestales están clasificadas como degradadas. Y no menos importante, más del 60% de la población en África subsahariana trabaja en el sector agrario. Unos 384 millones de personas son pequeños agricultores, por lo que son vitales las políticas ambientales para adaptar su vida a los cambios climáticos. Aquí yace la problemática de las agendas climáticas nacionales, y como es que la gran mayoría no están planteadas para atender y resolver las necesidades específicas de esta nación.

Existe una serie de diferentes consecuencias climáticas que África se encuentra enfrentando actualmente; entre ellos, recogidos por el IPCC en 2017, destacan la dependencia de las lluvias y el clima para la producción agrícola; las dificultades de acceso al agua; el aumento de las tierras áridas y la desertificación; la vulnerabilidad de las zonas costeras y las tierras bajas; y la prevalencia todavía no controlada de algunas enfermedades. Por supuesto, estas realidades no se dan con la misma intensidad en todas las zonas y es altamente probable que aumenten con la presencia del calentamiento global.

Agua

Según la Organización Mundial de la Salud, unos 319 millones de personas en África no tenían acceso a agua potable en 2015. Su escasez ha sido una constante histórica en África, destacando el hecho que en algunos lu­gares se debiera más a la falta de canalizaciones que a un verdadero problema de recursos. Esta situación no ha presentado una mejora y las previsiones para el futuro no son positivas. Según el IPCC, entre 356 y 600 millones de personas podrían enfrentarse a la escasez de agua para el 2050 y los patrones hídricos pueden verse seriamente afectados por el cambio climático. Y como se ha mencionado anteriormente, esto no sucederá de igual forma en todos los países. Así, algunos estudios indican que el cambio climático y el consiguiente incremento del vapor de agua en la atmósfera están reforzando los ciclos hidrológicos, lo que supone que las regiones húmedas son cada vez más lluviosas, mientras que las secas reciben cada vez menos agua. Y a ello se suma, además, la degradación de la calidad del agua, que será también un im­portante reto debido a la contaminación, los residuos agrí­colas, la deforestación, la creciente urbanización y los desechos urbanos.

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Alimento

Cerca de la mitad de la población del continente, sobre todo en las zonas rurales, vive de la agricultura, la ganadería o la pesca. En el África subsahariana, la agricultura representa, de media, un 15% del PIB, una cifra muy alta si tenemos en cuenta que en países como Canadá, Estados Unidos, Méxi­co o Rusia apenas llegan al 5%. Pero, además, dentro del propio continente existen grandes disparidades, llegando a representar hasta el 50% del PIB en lugares como Chad, un país situado en la franja del Sahel, sin salida al mar y en el que la mayor parte de la agricultura es de subsistencia y las crisis alimentarias son recurrentes. Un territorio donde los agricultores, que conforman el 77% de la población empleada, trabajan la tierra plantando productos como sorgo, mijo o patatas, enfrentándose cada día a la aridez de la tierra y preguntándose si lloverá. Aunado a esto más del 90% de la producción agrícola en África es de secano, es decir, dependiente de las lluvias para la produc­ción de las cosechas, por lo que una variación en las precipi­taciones pone en riesgo la alimentación de la población. Por ello, la importancia de dirigir esfuerzos hacia iniciativas que busquen soluciones integrales y de largo plazo ante la crisis climática.

Migraciones y Cambio Climático

Las migraciones climáticas “comprenden el traslado de una persona o grupos de personas que, predominantemente por cambios repentinos o progresivos en el entorno debido a los efectos del cambio climático, están obligadas a abandonar su lugar de residencia habitual, u optan por hacerlo, ya sea de forma temporal o permanente, dentro de un Estado o cruzando una frontera internacional “ (OIM, 2019).

Y para el caso de África Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la Organización Mundial del Comercio, indicó; “Los que más sufrirán serán los pobres, las mujeres y los colectivos más vulnerables”. Más de 86 millones de personas se verán forzados a migrar de sus países por los efectos del cambio climático para 2050 en África, estas migraciones se darán incluso si los planes para reducir su impacto en la región se despliegan ya, según advirtió un informe publicado por el Banco Mundial. Los planes de adaptación del territorio al cambio climático podrían reducir el número de desplazamientos, pero solo en un 30%, según el mismo informe.

Ante esta situación los líderes del continente africano, responsable de solo el 3% de las emisiones globales, presentan un nuevo plan en la Cumbre del Clima de Glasgow para que los países ricos ayuden a la región a adaptarse a los efectos del cambio climático.

“No necesitamos más datos, necesitamos más financiación”, expresaba Akinwumi A. Adesina, presidente del Banco Africano de Desarrollo, en su intervención en la charla auspiciada por ONU. Aunado a ello La Unión Africana, en colaboración con el Centro Global de Adaptación, el Banco Africano de Desarrollo y otros socios tomaron la oportunidad en la Cumbre del Clima de Glasgow para presentar ante los líderes mundiales el Programa de Aceleración de la Adaptación de África (AAAP, por sus siglas en inglés) y pedir su apoyo. La importancia de incluir como destino de los recursos financieros programas con iniciativas para la adaptación de la población a estas condiciones son clave para el logro efectivo de solucionar la crisis climática.

El programa AAAP tiene entre sus objetivos la ampliación del acceso a tecnologías digitales climáticamente inteligentes y servicios agrícolas y financieros para al menos 30 millones de agricultores en África. Con los fondos actuales, el proyecto pretende reducir la desnutrición de al menos 10 millones de personas, apoyar a un millón de jóvenes con habilidades empresariales y crear empleo y construir infraestructuras para “la resiliencia climática” del continente, según explican desde el Banco Africano de Desarrollo

¿Qué está haciendo África al respecto?

Los gobernantes africanos son conscientes ante el panorama actual y por ello participan o impulsan la creación de iniciativas como:

Gran Muralla Verde del Sahel

Un sueño lanzado por la Unión Africana en 2007 para luchar contra la desertificación, la degradación del suelo y el impacto del cambio climático en el Sahel. El proyecto consiste en levantar un gigantesco corredor vegetal en los 8.000 kilómetros que colindan al sur con el desierto del Sáhara a través de 11 países, de Senegal a Yibuti.

Este proyecto tiene como objetivos:

  • Recuperar uno de los bienes naturales más preciados de la humanidad: la tierra fértil
  • Crear Oportunidades económicas para la población más joven del mundo
  • Garantizar seguridad alimentaria para los millones que pasan hambre todos los días
  • Resiliencia climática en una región donde las temperaturas están aumentando más rápido que en cualquier otro lugar de la Tierra
  • Crear una nueva maravilla mundial que abarca 8000 km
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De acuerdo con la ONU:

  • Los costes de adaptación en el África subsahariana se estiman entre 30.000 y 50.000 millones de dólares anuales (entre el 2% y el 3% del producto interno bruto (PIB) regional) durante la próxima década que servirían para evitar costes aún más elevados de socorro adicional en casos de desastre
  • El desarrollo resiliente al clima en África requiere inversiones en infraestructura hidrometeorológica y sistemas de alerta temprana con el fin de prepararse para un número creciente de fenómenos peligrosos de efectos devastadores

En conclusión, tanto los estudios como las instituciones internacionales sostienen la importancia de actuar de manera urgente para detener la catástrofe y continuar con la creación de políticas climáticas orientadas a las necesidades específicas de cada nación.

Referencias

2100 millones de personas carecen de agua potable en el hogar y más del doble no disponen de saneamiento seguro. (2017). Documento en línea

Johari Gautier Carmona en su libro África: cambio climático y resiliencia. Retos y oportunidades ante el calentamiento global (Ediciones UAB, 2022).

África: El cambio climático en un continente vulnerable. (2021, 2 agosto). Ethic. https://ethic.es/2021/08/el-ca...

Great Green Wall Initiative. (s. f.). UNCCD. Documento en línea

Alcojor, M. A. (2021). El Cambio Climático en África: Efectos, estrategias de adaptación y soluciones desde el continente (1.a ed.). CATARATA.