Elaborado por Maximiliano López, Alumno de Servicio Social del PUEAA
Tinder es una aplicación de citas para teléfonos inteligentes lanzada en octubre de 2013 para conectar a los usuarios a través del uso de geolocalización. Según el sitio web de Tinder, el propósito de la aplicación es conectar a personas entre sí, generalmente para tener algún vínculo sexual, amoroso y/o de amistad. Lo anterior, siendo "una forma divertida de conocer gente":
Cuando se trata de aplicaciones de citas, tienes opciones: Badoo, Bumble, Hinge, Match, POF, OKCupid y muchas más. No importa si quieres encontrar el amor, una cita, o simplemente tener una charla informal, quieres una aplicación que se adapte a tus necesidades. Y no siempre es en blanco y negro: cuando quieres conocer gente nueva, tus amigos de Tinder pueden ayudarte con funciones diseñadas para hacer posible lo imposible. Las citas en línea ahora son más fáciles. No nos jactaremos de ser el mejor sitio gratuito; te dejaremos decidir por ti mismo, dándote Tinder de un vistazo.
Tinder es un ejemplo de la necesidad de conquista de cuerpos, sin una necesaria razón detrás de ello, presente en las sociedades occidentales. Si bien algunas comunidades sociales en África son conocidas por practicar la poligamia, la unidad familiar no se concentraba en lo nuclear (en términos relacionales de occidente), sino de familias compuestas. Un matrimonio Shona, por ejemplo, se consideraba un contrato entre dos familias y dos personas. Un futuro esposo pagaría un precio de novia (roora) a la familia de su prometida, como compensación por la pérdida de su trabajo.
Otro elemento propio del uso de Tinder, es el falso humanitarismo de las personas dentro de esta aplicación (Corine, 2016). El fetichismo que presentan las infancias africanas, usadas como dispositivo de atracción por turistas o voluntarios oportunistas, funciona como ritual de atracción, donde en algunos casos es efectivo, y en otros no. Los humanitarios de Tinder enfatizan la vergüenza y la inadecuación, donde en “la zona caótica del comportamiento racista, hacen que el deseo por el negro parezca generoso” (Holland 2012, 46). Los usuarios humanitarios de Tinder, se encargaron de arrojar luz sobre una dinámica ambigua y controversial: la práctica racista (fundamentada en el precedente colonial) y el objetivo final de las buenas aspiraciones.
La página web “Humanitarians of Tinder”, es un repositorio informal donde se publican capturas de pantalla de los perfiles de usuarios en Tinder. En dichas capturas, se aprecian las fotos de perfil y la descripción de los usuarios. La mayoría de las fotos presentan a personas cargando y besando a niños, formando parte de ceremonias y rituales, entre otras. Un caso en particular, que raya en lo absurdo, es el de un hombre que besa a un bebé mientras este es amamantado por su madre, ambos negros, ambos africanos.
El trasfondo de estas prácticas está fundamentado en una necesidad de salvar o ayudar al otro, partiendo desde nociones de desarrollo occidental (Demehin, 1983). El turismo socialmente responsable y el voluntariado en el mejor de los casos proporcionan una distracción de las causas estructurales de la opresión; en el peor de los casos, los atrincheran aún más. En un momento en que más escuelas están promoviendo este tipo de viajes y los programas se están expandiendo a nivel mundial, es importante que examinemos cómo estamos enseñando a los jóvenes a realizar cambios (Njambi, 2004). Les estamos enseñando que sus experiencias individuales son más importantes que un examen crítico de la violencia y la opresión en curso perpetradas en los cuerpos marginados en todo el mundo. Este volverse hacia uno mismo, construido sobre una mentira y una negación, nunca será suficiente.
Los sujetos blancos dentro de las fotos pueden asumir el papel de “nativos” en ese momento, pero tienen la opción de irse. Pueden optar por ocultar su poder, pero esta capacidad de elegir reinscribe el poder. Los ejemplos incluyen a los turistas “éticos” que deciden que, por negarse a usar sus joyas frente a los lugareños, estaban denunciando un privilegio: en este caso, “lo que importa no es que existan desigualdades, sino que las desigualdades no se alardean” (Corinne, 2016). Los privilegios materiales y políticos incurridos en las espaldas de los cuerpos racializados se rechazan en favor de una civilidad superficial, y "ser civilizado es una cuestión de vestimenta y estilo más que de sustancia o esencia". El desmentido de la violencia colonial que hace posible que ciertos grupos viajen mientras otros se quedan quietos es parte esencial de la cultura turística. Es lo que hace posible fetichizar al Otro como espectáculo para el consumo occidental (Agunbiade, 2012).
Referencias
Agunbiade, O. M., & Ayotunde, T. (2012). Ageing, sexuality and enhancement among Yoruba people in southwestern Nigeria. Culture, Health & Sexuality, 14(6), 705–717. doi:10.1080/13691058.2012.677861
Ali A. Mazrui, (1990). Cultural Forces in World Politics (London: James Curry, 1–14.
Corinne Lysandra Mason (2016) Tinder and humanitarian hook-ups: the erotics of social media racism, Feminist Media Studies, 16:5, 822-837, DOI: 10.1080/14680777.2015.1137339
Demehin, P. A. O. (1983). Sexual Attitudes in Traditional and Modern Yoruba Society. International Quarterly of Community Health Education, 4(3), 231–238. doi:10.2190/fv2j-rq9y-05dp-b69q
Holland, Sharon Patricia. (2012). The Erotic Life of Racism. Durham, NC and London: Duke University Press. hooks, bell. 1992. Blacks Looks: Race and Representation. Boston, MA: South End Press.
Njambi, Wairimũ Ngaruiya. (2004). "Dualisms and female bodies in representations of African female circumcision A feminist critique." Feminist Theory 5.3 281-303