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La heterogeneidad en las resistencias de mujeres en Myanmar
11 Mar 2022

Elaborado por Lizbeth Urbán, Alumna del Servicio Social del PUEAA

Los últimos años, Myanmar ha atravesado por diversas coyunturas que han marcado a su población en general. Desde su independencia, el escenario político, social, cultural, económico, geográfico y demás, ha estado permeado por persecución, genocidio de personas pertenecientes a la etnía rohingya, inestabilidad. Esto por supuesto, responde a las problemáticas estructurales y violencias propias de las dinámicas de poder heredadas desde la colonia.

Los diferentes estratos de la sociedad de Myanmar, antes Birmania, han sido principales depositarios de violencias en la encrucijada de intereses de élites locales y mundiales. Empero, uno de los sectores poblacionales mayormente atravesados, sin disminuir los sentires de infancias o pueblos originarios, han sido las mujeres birmanas en su multiplicidad. Constituyendo aproximadamente el 54% de la población, su reconocimiento y dignidad han sido suprimidas al punto de ignorar sus muertes y cuerpos. (El País, 2021).

Su existencia ha sido encubierta constantemente; desde la época colonial británica eran definidas como “dependientes improductivas”. (Lei Tun, 2019). El término contiene una fuerte carga de la percepción patriarcal (y capitalista) sobre ellas que enmascara sus trabajos y esfuerzos. Esta construcción que se hace sobre las mujeres en Myanmar se prolonga en las dinámicas posteriores del desarrollo del país, siempre marginando su agencia de pensamiento. Sin embargo, las birmanas han resistido en una diversidad de formas, desde lugares de enunciación distintos, cuestionando las estructuras de sumisión.

Un antecedente de su organización se concibe desde la creación de la Asociación de Mujeres Birmanas en 1919, que se centró en buscar derechos políticos y oportunidades en matrimonios. (Lei Tun, 2019). Mas sería un error creer que esta es la primera lucha legítima consolidada por estas mujeres, porque se ignorará a las otras voces que también se pronunciaron contra las crueldades. La Asociación además incluía y representaba una sola realidad de muchas, ya que estaba compuesta por mujeres privilegiadas; esposas de funcionarios y mujeres ricas empresarias. (Lei Tun, 2019).

Las mujeres rohingyas, por ejemplo, han tenido que sufrir el acoso y profanación de sus cuerpos tras las disputas con el aparato estatal de Myanmar. El ideal de una nación homogénea y democrática en la pugna por la dirección del país institucionalizó y exacerbó el odio hacia esta comunidad. No sirvió sólo con despojarles su identidad bajo marcos legales, sino que se ultrajaron sus corporalidades. Las tensiones que habían surgido en el estado de Rakhine, lugar habitado en su mayor amplitud por la etnia, se acrecentaron de tal forma que los cuerpos de las rohingya fueron tomados como signo de dominación.

Como Rita Segato (2016) describe, hay una guerra informal de la modernidad que recae en la violencia expresiva sobre las mujeres. En ese sentido, en la violencia física y simbólica sobre los cuerpos femeninos e infantiles se funda un mensaje público que define como “femigenocidio”. Para las mujeres de pueblos originarios como ellas, la violencia letal implica un uso de sus muertes o violaciones como una señal de dominación sobre la comunidad rohingya en general, pero sobre todo para los hombres.

Adicionando que dentro de la exclusión y vulneración de las rohingya se encuentran mujeres que no necesariamente tienen esa identidad. Las mujeres en el campo de Myanmar también sostuvieron fuertes posturas y acciones alrededor de la construcción del país. En 1930, por ejemplo, se realizó la Rebelión de Saya San, siendo el estrato de agricultoras partícipes en el movimiento de subversión contra el dominio colonial. Empero, su accionar fue ocultado debido a que las definían como trabajadoras “complementarias”.

Escritoras, lideresas políticas/ comunitarias, poetas, obreras, estudiantes, periodistas, entre otras, han sido una constante en las pugnas por mejorar las condiciones de vida de todas y todos. Jamás han dejado de nombrar las violencias o desigualdades sobre sus vidas, pero su reminiscencia y relevancia han sido suprimidas. A causa de la intensificación del avance neoliberal y la introducción de la antigua Birmania al mercado mundial capitalista, la industria textil ha empleado a miles de mujeres. Pero sus esquemas han traído más problemas hacia los cuerpos femeninos que son explotados y encarecidos.

De igual forma, el reciente golpe de Estado ha potenciado a niveles extremos las transgresiones por el aparato militar. Ambos factores han sido importantes para la reivindicación de las batallas de las mujeres y para realzar la importancia de sus vidas, sentires y saberes. Inclusive se han replanteado las formas de protesta que muestran significaciones relevantes sobre críticas que han hecho de la conformación estructural patriarcal. Algunas han colgado en las zonas de manifestación, faldas cruzadas también conocidas como htamein. Las faldas aluden a la idea de que cuando un hombre pasa bajo ropa de mujer, pierde su virilidad física y espiritual. Por otro lado, las trabajadoras textiles no sólo han fortalecido la actividad sindical, sino que han optado por hacer huelgas y paralizaciones de los procesos productivos. De esa manera han logrado captar atención internacional que ha permitido el conocimiento (aunque no muy exacto) por otras latitudes de sus situaciones. Hoy día las birmanas siguen teniendo la necesidad de abrirse espacios de discusión y reconocimiento.


Referencias

Almoguera, Paloma. (06 de marzo de 2021). La doble lucha de las mujeres de Myanmar. El País. En línea

Ebbighausen, R. (02 de enero de 2022). Myanmar women take the lead in resisting the military. DW. En línea

Farfalla, Soledad. (4 de marzo de 2021). Golpe de Estado y obreras textiles: Cuando las trabajadoras luchan. La izquierda diario. En línea

IndustriALL (12 de mayo 2021). La revolución de las mujeres: ¿cuál es la relación del golpe de Estado con la igualdad de género en Birmania? En línea

Lie Tun, A.(2019). Feminism in Myanmar. Friedrich Ebert Stiftung, Enlightened Myanmar Research Foundation (EMReF). 22 pp. Documento en línea

Segato, R. (2016). La guerra contra las mujeres. Traficantes de Sueños. Primera Edición. 190 pp.