Multimedia
La esfera económica en el Sureste de Asia: las mujeres trabajadoras migrantes
16 Sep 2022

Elaborado por María Fernanda Paredes, Alumna del Servicio Social del PUEAA

La región del Sureste de Asia es una que ha sido poco estudiada en materia de género. Su construcción política, social, cultural y económica ha sido abordada por unos pocos y la mayoría de los estudios que se popularizan están atravesados por la visión occidental que se tiene de Asia en general y de esta región en particular. Algunos autores mencionan que, por lo mismo, los países del sureste de Asia han ido avanzando en materia de género de forma dispar, lo que provoca que temas como la educación, salud, empleo, oportunidades y participación política de las mujeres varíe dependiendo del país en el que deseemos enfocarnos.

El contexto económico del Sureste de Asia es uno de los que denuncia más claramente estas disparidades. El aumento consumista en la región, mismo que provoca la necesidad y ambición de acceder a mejor educación y oportunidades, se ha sumado a la existencia de una clase media continuamente en crecimiento, generando un aumento en la media necesaria para desarrollar el estilo de vida que las personas desean, por lo que inevitablemente se comienza a necesitar la existencia de dos “cabezas de familia”.

La popularización del estilo de vida clase mediero cada vez impulsa a más mujeres jóvenes a acercarse al mercado de trabajo asalariado para así poder alcanzar el ingreso suficiente para mantener un estilo de vida urbano consumista. Si este factor se atraviesa por una clase social apenas naciente y en crecimiento, por lo que no cuenta todavía con una identidad definida como es el caso de la clase media en el Sureste de Asia, nos encontramos con una realidad social y económica poco estable y en constante cambio. La economía femenina no se ve atravesada únicamente por la parte aspiracional, si no por una realidad material muy dolorosa.

Estas dificultades son denunciadas en diversos textos en los cuales, según sus autores, es importante destacar que aun cuando las mujeres intentan involucrarse de lleno en la esfera económica, se enfrentan con salarios más bajos que los de los hombres; no se les permite acceder a puestos de mayor prestigio y las labores de cuidado que realizan en el hogar no son reconocidas como trabajo. Aunado a los cuidados del hogar, sus aportaciones a la sociedad se ven reducidas a su papel como reproductoras. Es por esto que, a pesar de lograr entrar a la esfera productiva, la cantidad de trabajo doméstico y de cuidados no se les reduce, lo que multiplica lo complicadas que llegan a ser sus vidas personales y de familia.

La manera en la que las mujeres tienen que balancear las diversas esferas de su vida no está exenta de negociación, y esta “es crucial en la esfera reproductiva y no se le puede separar de la negociación en la esfera productiva, pues de aquí derivan la producción de jerarquías y matices de dominación y subordinación que influyen en las relaciones de género.” (Dyck, 1990). Prueba de las manifestaciones de estas dificultades es el apoyo limitado que los servicios y el sistema le ofrecen a las mujeres que se encuentran en matrimonios interraciales o extranjeros, así como los problemas de reintegración que existen con las mujeres trabajadoras migrantes.

La realidad que enfrentan las mujeres trabajadoras migrantes en el extranjero ha sido rescatada por Marije Meerman en su película Chain of Love (2002), en la que rescata las experiencias de las mujeres originarias de Filipinas y cómo son percibidas como una gran inversión por posibles empleadores en los Estados Unidos y Europa. Esta preferencia por contratar mujeres originarias del sureste asiático deriva de las características positivas que las personas de occidente perciben en las mujeres filipinas, pues hablan inglés, son católicas, y según la percepción general, son amorosas, inteligentes y complacientes; o como las nombra Rhacel Parrenas, autora de The Global Servants: (Im)Migrant Filipina Domestic Workers In Rome And Los Angeles, las mujeres filipinas son consideradas el Mercedes Benz de las niñeras internacionales.

El papel que tienen las niñeras originarias del sureste asiático en el extranjero es de gran importancia para el desarrollo económico de la región, pues como se ilustra en la película de Meerman (2002), las remesas que las/los expatriados y las/los trabajadores en el extranjero envían a sus países de origen funciona para que sus familias puedan contratar a trabajadoras locales para hacer las labores de cuidado de sus casas, generando así un flujo constante de dinero y empleo. Estas remesas son una de las mayores fuentes de ingreso de la región y la más importante de Filipinas; y aun cuando pudiéramos considerar únicamente sus características positivas, “la labor doméstica pagado se ha vuelto un medio por el cual las relaciones que atraviesan el género, raza, clase y nacionalidad se vuelven asimétricas, se intersecan y construyen su estructura y negociación” (Yeoh y Huang, 1998; p. 583).


Fuentes

Dyck, I. (1990) Space, time and renegotiating motherhood: an exploration of the domestic workplace, Environment and Planning D, 8, pp. 459±483.

Meerman, M. (2001) Keten van liefde (Chain of Love). Brooklyn, NY: Icarus Films.

Parreñas, R. S. (1999). The global servants:(Im) Migrant Filipina domestic workers in Rome and Los Angeles.

Watson, B. (2007). Studying Women And Gender In Southeast Asia. International Journal of Asian Studies, 4, 113-136.

Yeoh, B. and Huang, S. (1998) Negotiating public space: strategies and styles of migrant female domestic workers in Singapore. Urban Studies 35: 583–602.