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La cosmovisión de la muerte en algunas regiones de África
04 Nov 2022

Elaborado por Naileth Jiménez, Alumna del Servicio Social del PUEAA

África es un continente en el que se valora mucho la cultura del cuidado, más específicamente del cuidar del otro, siendo esta una filosofía que ha permeado a todos los habitantes de esta parte del mundo, Souleymane Bachir, director del Instituto de Estudios Africanos en la universidad de Columbia define esta filosofía como un humanismo de reciprocidad, como la idea de que uno construye su humanidad en reciprocidad con el otro. Este pensamiento influye en muchos aspectos de la cosmogonía africana, uno de ellos es la búsqueda del entendimiento de la vida, la muerte y su relación con lo terrenal.

Jacques Barou (2010) señala que independientemente de la diversidad de los rituales y la divergencia de sentido que a veces se les puede atribuir, es evidente que la mayoría de las sociedades subsaharianas se esfuerzan ante todo por hacer que la muerte les sea familiar, por integrarla al ciclo de la vida, por hacer de ella una etapa entre otras de ese ciclo.

Como señalé al inicio, las sociedades africanas casi no tienen cabida para el concepto de individuo, en palabras del mismo Barou el individuo únicamente existe a través de los lazos que lo vinculan al grupo. Por lo que la muerte, un fenómeno que se caracteriza por ser especialmente individual pierde importancia; pero el lazo que hacía existir al individuo a través del grupo al que pertenecía no se rompe con la muerte, aunque existen algunas excepciones.

Los rituales mortuorios de África se hacen para asegurar que el fallecido sea puesto apropiadamente a descansar, así su espíritu puede estar en paz y unirse a sus ancestros protectores, también estos rituales son más una celebración del vínculo que se tenía con el difunto y no tanto una despedida. Existen variaciones de estos rituales, dependiendo de la región, por ejemplo:

Los Mossi de Burkina Faso:

Los Reinos Mossi fueron un trío de poderosos estados ubicados en la actual Burkina Faso. Cada estado poseía costumbres y gobierno similares, pero eran gobernados de modo independiente entre ellos.

Sus tradiciones involucran una representación con el propósito de simbolizar la presencia del muerto entre los suyos, sobre todo en los momentos que siguen al deceso. Por lo que un pariente de la persona fallecida, de preferencia una mujer, debe vestir las ropas del muerto e imitar sus ademanes y su manera de hablar. Los hijos del difunto lo llaman “padre” y sus esposas, “marido”.

Los Diola del Senegal:

El rito de este grupo étnico que se encuentra en el actual Senegal consiste en que el muerto debe presidir sus propios funerales: vestido con su ropa más hermosa, sentado en su sillón acostumbrado y atado a él, la mano en alto como si saludara a la muchedumbre, se le lleva en andas a hombros hasta el lugar de su inhumación, mientras los músicos y danzantes tocan y evolucionan muy animados en torno al cortejo, desafiando así la dimensión trágica de la muerte y convirtiéndolo en una celebración.

Los funerales Yoruba:

El pueblo Yoruba es uno de los más grandes del este de África. Hay muchos funerales diferentes en la sociedad yoruba que dependen de las diversas causas de muerte. Uno de los funerales más deseados y más complejos es el del fallecimiento por vejez. Este rito involucra siete días de rituales para enviar con éxito el espíritu del difunto a su reino ancestral. La familia y la comunidad se unen para llevarlo a cabo y la fastuosidad suele ir en relación con la posición del difunto en la comunidad.

Los Merina del altiplano de Madagascar:

El Reino de Merina fue un estado africano pre-colonial que dominó gran parte de la isla de Madagascar. Aquí cada cinco años tiene lugar la ceremonia del famadihana, donde abren las tumbas y colocan a los muertos sobre los hombros de los danzantes que los lanzan al aire y los llevan en una farándula desenfrenada a través de las calles de la aldea. Decary (1962), citado por Barou (2010) nos dice que se trata de un medio de reforzar los lazos internos del grupo, de los vivos a través de la comunión con los muertos, que son, más que nunca, el vínculo que une a la familia.

Con lo anterior podemos decir que el lazo familiar que une a estas comunidades va más allá de la propia muerte, pues los lazos que los unen no se rompen con esta, sino que se fortalecen y crean un nuevo vínculo, para la gran mayoría de sociedades africanas, este vínculo es el de la reencarnación, así una vida no termina con la muerte, sino que nace una nueva, pues la noción de alma para ellos no es individual, sino que el alma está compuesta por pedazos de las almas de sus antepasados. Por esto se convierte en una celebración por la prolongación de la vida.


Bibliografía

Jindra, M., & Noret, J. (2011). Funerals in Africa: explorations of a social phenomenon. Berghahn Books.

Barou, J. (2010). La idea de la muerte y los ritos funerarios en el África subsahariana. Per. Trace.

Hoffman, J. (05 de mayo de 2022). Ubuntu: La filosofía africana del cuidar al otro. Centro de Ciencias de la Complejidad, UNAM. Documento en línea

Rivero, M. (s/f). Ritos sobre la muerte en Asia y África. Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África. Documento en línea