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Fourteenth Biennial Iranian Studies Conference
23 Aug 2024

Elaborado por Gonzalo Amador Hernández, Alumno de Servicio Social del PUEAA

Irán por décadas lleva enfrentándose a una serie de desafíos tanto económicos como sociales que han moldeado su panorama contemporáneo. El país se caracteriza por profundas disparidades socioeconómicas entre una élite política y económica favorecida y una población más amplia que enfrenta dificultades económicas significativas. Esta disparidad ha alimentado tensiones sociales y políticas.

A partir de las conferencias presentadas en la semana del 12-15 de agosto del 2024, dentro de la “Fourteenth Biennial Iranian Studies Conference” que, por primera vez tuvo sede en México, se han recopilado reflexiones de las conferencias “Iran’s Social Movements” y “The Role of the Islamic Republic in Globalized Capitalism” para entender mejor los conflictos que el país se enfrenta.

A pesar de ser uno de los mayores productores de petróleo y gas en el mundo, enfrenta una crisis económica ocasionada por sanciones internacionales, especialmente de Estados Unidos. Estas sanciones han restringido la capacidad de Irán para exportar sus recursos y acceder al sistema financiero global. Como resultado, la inflación ha aumentado drásticamente, el valor de la moneda ha caído, y el desempleo, especialmente entre los jóvenes, ha alcanzado niveles alarmantes.

Las grandes empresas estatales, que controlan una gran parte de la economía, a menudo son administradas de manera ineficaz y están plagadas de corrupción, lo que ha llevado a un estancamiento económico que ha afectado de manera desproporcionada a la clase trabajadora, que luchan por mantenerse a flote en medio de un aumento de los costos de vida y la escasez de bienes básicos.

Esta lucha de clases es un reflejo de la creciente desigualdad económica y la falta de movilidad social; la élite política y económica, usualmente ligada al aparato del Estado y a los sectores más conservadores de la sociedad, ha mantenido el control sobre los recursos y oportunidades del país, mientras tanto, las clases trabajadoras y las comunidades rurales han sido marginadas, enfrentando condiciones de vida precarias y pocas oportunidades para mejorar su situación económica.

El descontento social por estas disparidades ha llevado a protestas en los últimos años que han sido violentamente reprimidas. Estas protestas reflejan no solo la frustración por la situación económica, sino también un deseo de cambio político y social más amplio, donde las demandas de justicia social y mejores condiciones de vida son centrales.

La misoginia en Irán está profundamente arraigada en la estructura legal y social del país. Después de la Revolución Islámica de 1979, se implementaron una serie de leyes basadas en una interpretación conservadora del Islam que restringen los derechos de las mujeres. Estas leyes afectan todos los aspectos de la vida de las mujeres, desde el código de vestimenta obligatorio hasta restricciones en el matrimonio, el divorcio y la custodia de los hijos. Además, las mujeres enfrentan barreras significativas en el lugar de trabajo y en el acceso a ciertos campos de estudio y ocupaciones.

El racismo también es un problema en Irán, donde las minorías étnicas como los árabes, los kurdos y otros grupos enfrentan discriminación sistemática en diversos aspectos de la vida social y económica. Las tensiones étnicas se entrelazan con cuestiones políticas y socioeconómicas, exacerbando las divisiones dentro de la sociedad iraní.

Estas minorías frecuentemente viven en regiones menos desarrolladas económicamente, lo que agrava la pobreza y la marginación social. Las políticas de asimilación cultural y la represión de las lenguas y costumbres locales también han contribuido a las tensiones étnicas, creando un ambiente de resentimiento y desconfianza entre las comunidades minoritarias y el Estado.

Los desafíos en Irán están profundamente interconectados y son el resultado de una combinación de factores históricos, políticos y sociales. Para abordar estos problemas de manera efectiva, será necesario un enfoque que incluya reformas económicas estructurales, un compromiso genuino con los derechos humanos y las libertades civiles, y una mayor inclusión de todas las voces y comunidades en la toma de decisiones del país.

Al darle un mayor foco de atención dentro de estas conferencias, estamos invitando a investigadores globales a tener una conversación abierta de la magnitud del problema y los posibles cambios que se deben de incorporar para lograr un desarrollo y solución de las problemáticas que afectan al país.