El budismo se ha denominado religión y doctrina filosófica espiritual que comprende una serie de creencias y prácticas espirituales atribuidas a Siddhartha Gautama. El príncipe hindú que tras conocer el sufrimiento humano decidió renunciar a su posición y riquezas, para encontrar el alivio a dicho sufrimiento. Es así como inicia su recorrido espiritual que posteriormente lo llevaría al destino de la iluminación. Siendo así que se convirtió en un ser iluminado que enseñó a los demás el camino hacia la iluminación y la felicidad. Escapar del Samsara, el ciclo de sufrimiento, reencarnación y muerte. Sus enseñanzas se centran en las Cuatro Nobles Verdades, la Rueda de la Vida y el Camino Óctuple, que forman las bases del pensamiento budista y que permanecen como elemento central en las diversas escuelas budistas que continúan en la actualidad.

La doctrina comenzó a atravesar distintas regiones del continente asiático. Logró extenderse hasta el sur y este de Asia, donde se llevaron a cabo una serie de interpretaciones que resultan compatibles a la cultura en la que se estaba adaptando. Se reconoce que hasta el siglo XVIII gozó de una posición predominante en muchas sociedades asiáticas, la relación del budismo con el Estado cambió desde entonces en prácticamente todos los lugares donde estaba presente. Sin embargo, hoy en día sólo mantiene una fuerza capaz de influir en los asuntos políticas en Myanmar y Sri Lanka.

En Myanmar, Sri Lanka y Tailandia el budismo ha incrementado desde que fue introducido por el emperador Ashoka, que gobernó el Imperio Maurya en el siglo III a.C. En los tres países esta religión gozó de la protección de reyes durante siglos, pero en Myanmar y Sri Lanka fue reprimida durante la época colonial, cuando las potencias europeas —principalmente el Imperio británico favorecieron la expansión del cristianismo. Desde el siglo XX, sin embargo, en estos países han proliferado movimientos nacionalistas muy ligados al budismo que están causando estragos en las minorías musulmanas, cristianas e hinduistas de sus territorios.^[1]

India fue la región donde surgió el budismo, así como el país donde Buda nació, alcanzó la iluminación y predicó por primera vez. Para posteriormente expandir la religión por el territorio. No obstante, el paso del tiempo a integrado distintas religiones en la nación como lo son, el hinduismo, el islam, el cristianismo y el sijismo. Estos predominan dentro de la población, y ahora apenas un 0.7% de los indios pertenece al budismo.

El primer ministro Narendra Modi mantiene y favorece una agenda notablemente hinduista, ya que se adhiere a una corriente ideológica que propone que India es la tierra de los hinduistas, y que cualquiera que no profese esa religión debe igualmente comprender su privilegio. De hecho, en la Constitución del país se puede interpretar esta visión, ya que considera al budismo una rama del hinduismo y no una religión independiente por tener ambas muchas características comunes. Y en los últimos años ha realizado visitas en lugares como China o Sri Lanka donde ha cuidado de enfatizar la manera en que el budismo sirve de vínculo entre sus regiones para cultivar una buena imagen en el extranjero. Es así como continúa cultivando buenas relaciones con Estados que pudieran notarse distintos ideológicamente frente a los intereses de la India.

El gobierno indio es tan solo uno de los ejemplos de cómo distintas administraciones del continente son conscientes de la importancia histórica que tiene esta religión y por ello logran utilizarla como estrategia para mantener una posición privilegiada frente a otros Estados de la zona en los que esta religión tiene un notable grado de importancia.

^[1] Alberto Ballesteros. (2019). El budismo en el poder y la política de Asia. El Orden Mundial.