Conflicto civil en Mozambique

Por Gabriela Gallegos, Alumna de Servicio Social del PUEAA

La coyuntura de la República de Mozambique, país situado al sureste de África es bastante compleja. Por un lado, continúan los estragos de la guerra civil que asoló al país durante más de quince años, de 1976 a 1992, con tensiones crecientes entre el partido en el gobierno y la oposición, así como un historial de corrupción entre sus funcionarios. Por otro lado, desde octubre de 2017 continúan los ataques en la provincia del norte de Cabo Delgado a manos de un grupo armado de tendencia yihadista, conocido como Al-Sunna wa Jama’a o Al-Shabab, cuya finalidad es establecer en el país un Estado Islámico.

Algunas de las acciones de este grupo en Cabo Delgado son la decapitación de personas, quema de casas, secuestro de mujeres, ataques al transporte público y asesinatos del personal militar. ISIS declaró la responsabilidad de al menos dos ataques, aunque el grado en el que este grupo se involucró es incierto (Human Rights Watch World Report 2020). Esta guerra ha cobrado la vida de más de 1 000 personas y ha provocado el desplazamiento de otros 180 000.

Recientemente, las acciones del grupo insurgente Al-Shabab para controlar el territorio se han vuelto más agresivas, al menos desde mediados de 2019, cuando la frecuencia y extensión geográfica de los ataques se expandió considerablemente. A inicios de mayo de 2019 tales ataques se extendieron hasta cubrir a nueve de los 16 distritos de la provincia de Cabo Delgado. En lo que va del año, los insurgentes islámicos han optado por ataques más sofisticados en bases militares y rutas clave de transporte.

A finales de marzo de este año el centro de Mocimboa da Praia, un puerto estratégico, además de ser en donde se encuentran proyectos de gas natural valuados en 60 mil millones de dólares, fue ocupado por al menos 40 insurgentes y ocuparon instalaciones gubernamentales. Poco después atacaron el distrito de Quissanga y el de Muidumbe y destruyeron las bases policíacas e instalaron la bandera del Estado Islámico. En ambos ataques murieron aproximadamente 30 elementos de las fuerzas de seguridad mozambiqueñas.

Quissanga es un punto estratégico para el tráfico de personas y de heroína y un punto de salida para las personas desplazadas que buscan refugio en la Isla Ibo. Muidumbe es una de las bases políticas del partido del presidente Frelimo, además de ser una ruta que conecta la capital de la provincia con los proyectos de gas. La estrategia de estos ataques, que difiere con el resto, es que estuvieron dirigidos a la infraestructura gubernamental y a negocios privados, mientras que los civiles fueron perdonados.


Referencias

Mozambique country profile. (17 de enero 2020). BBC News. Documento en línea

Insurgency in Mozambique’s Cabo Delgado shifts to mimic tactics that let to al-Shabaab’s revival. (8 de mayo 2020). Daily Maverick. Documento en línea

Vines, A. (1 de abril 2020). Why The Insurgency in Northern Mozambique Has Got Worse. Chatham House. Documento en línea

World Report 2020: Mozambique. (2020). Human Rights Watch. Documento en línea


Fecha de publicación: 08/05/2020