Por Diana Jessica Ramos López, Alumna de Servicio Social del PUEAA
El término Halloween proviene de una contracción del inglés de la frase All Hallow’s Eve que en su traducción al español se entiende como “Víspera de Todos los Santos”, esta celebración surge del resultado del sincretismo originado por la cristianización de la fiesta del fin de verano de origen celta llamada Samhain. En el mundo occidental se celebra el 31 de octubre, la tradición ligada al inicio de la época de cosecha y al otoño, envuelve la dinámica en coloridas fiestas de disfraces, la salida a pedir dulces, la visita de casas encantadas y también la lectura de historias de miedo y la visualización de películas de terror.
Y hablando de terror, aquella palabra proviene del latín que puede entenderse como el nombre de un efecto o resultado a partir del verbo terreo, el cual significa en su origen etimológico, la acción de hacer temblar, en tanto que se asocia el temblor a situaciones de miedo extremo que desencadenan agitación en la persona. En vísperas de las fechas se presenta un análisis y recomendación del cine de terror cuyo propósito es mostrar la diversidad y variedad de propuestas lejos de los cánones impuestos por el mundo occidental. En regiones como Asia y África este tipo de cine se concibe de una manera muy diferente y refleja en su esencia parte de la cultura a la que está dirigida, por lo que presenta un análisis amplio y rico. El listado no presenta un ordenamiento que implique que sean más impactantes, simplemente cumplen (según la humilde percepción de la autora), con el propósito de reflejar una realidad y contraste según la región de la que provienen, bilateralmente mencionar que muchas de las obras enlistadas no se conciben per sé cómo cine de terror, sin embargo, entran en la categoría de suspenso, logrando el objetivo desde la raíz etimológica que es el de “hacer temblar” a su espectador…
En primer lugar, tocará introducir al mundo del cine de terror que ya es internacionalmente conocido, el J-Horror o Japanese Horror, como su nombre lo indica, hace referencia a las películas del género producidas por Japón. Este cine tiende a centrarse en el terror psicológico y la tensión producida por los fantasmas o yūrei, concebidos como aquellos espíritus cuya muerte fue violenta, la falta de una ceremonia adecuada o por cometer suicido y que se encuentran en consecuencia atrapados en este plano, en donde se dedican a asustar y atormentar a aquellos que les ofendieron en vida, aunque no de formas violentas. Así mismo se puede encontrar referencias a los onryō, fantasmas que vuelven al mundo físico para buscar venganza, este tipo se caracteriza por ser predominantemente femenino y se relaciona con el sufrimiento ocasionado por los varones. De igual manera, se pueden encontrar elementos que mencionan a los yōkai, criaturas pertenecientes al folclore japonés. Las cintas recomendadas dentro de este ramo que la autora considera obligatorias son:
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The Ring/ リング-Ringu (1998) Por último dentro de esta sub-categoría, se encuentra la cinta dirigida nuevamente por Hideo Nakata, otra adaptación de la novela de Kōji Suzuki. La historia se basa en el cuento popular japonés Banchō Sarayashiki, una leyenda japonesa de fantasmas del periodo Edo. La trama gira en torno a los miembros de una familia maldecidos por una cinta de video. Se considera que este filme es uno de los más rentables entre las películas de terror de Japón así como una de las más aterradoras. La lógica popularizada después del remake norteamericano de 2002, es que aquellos que hayan visto la cinta maldita, serán víctimas de la maldición que encierra el video y morirán una semana después.
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En este aparatado le damos espacio a una categoría que, si bien no presenta una tradición tan arraigada como la japonesa, en los últimos años ha ganado cada vez más fuerza como parte de la estrategia de promoción de su industria cultural, hablamos entonces del Hallyu, también conocida como Ola Coreana. El aumento de la popularidad de la cultura contemporánea de Corea del Sur data desde mediados de los años noventa, y aún si se considera que su mayor representación se concentra en la exportación de música y series de televisión, cada vez gana mayor influencia en el cine.
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