Horizontes Geopolíticos: El papel de la Federación Rusa en África

Por Jessica Ramos, Alumna de Servicio Social del PUEAA

El escenario internacional plantea una dinámica que siempre está influenciada por los intereses de los Estados. Cada país busca un posicionamiento favorable que le permita desarrollarse, sin embargo, ningún país posee capacidades de autoabastecimiento por lo que las alianzas con otros Estados les proveen oportunidades de intercambio en el que ambos puedan verse beneficiados. En el marco de una época donde las estrategias basadas en el multilateralismo están quedado atrás dado el auge del proteccionismo con gobiernos como el de Donald Trump en Estados Unidos (EE.UU.) y procesos como el BREXIT, es interesante analizar los juegos de poder de las grandes potencias. En el caso asiático tenemos la predominancia de la República Popular de China que hasta ahora no se ha dejado amedrentar por la serie de restricciones en el mercado que le impone Estados Unidos en vísperas de una guerra comercial, como lo es la última ruptura del software de Android de Google en los dispositivos Huawei. Con macroproyectos intercontinentales como lo es el del cinturón y ruta, la Nueva Ruta de la Seda o “One Belt, One Road” se busca regresar a una planificación multilateral que provea a China de una estrategia comercial sin precedentes en el intercambio de mercancías a nivel global. Así mismo otro factor que ha propiciado es la gran suma de inversiones en el continente africano, ganándose con ello la amistad del continente, el cual es además una importante fuente de recursos minerales y energéticos. Sin embargo, Xi Jinping no es el único que busca posicionar a su país en las mejores condiciones apuntando a África. Otro importante líder que ha puesto su vista con interés en el continente africano es Vladimir Putin, el cual también se encuentra trabajando para recuperar su influencia geopolítica mundial. La estrategia rusa plantea una combinación de cooperación en el ramo militar en conjunto con inversiones por medio de la diplomacia energética y económica, un ejemplo de ello es la construcción de infraestructuras en países como Angola, Egipto y la República Centroafricana (Sahuquillo, 2019).

Uno de los propósitos principales es el extender su posicionamiento como líder global, por ello una de las acciones que ha tomado ha sido el alivio de la deuda de algunos de los países africanos, sobre ello las cifras apuntan que, en 2012, se condonó una deuda de 20.000 millones de dólares (BBC News Mundo, 2018). Aunado a ello ante el escepticismo que muestra el continente africano a Occidente dado su pasado histórico, en el discurso político plantea una estrategia interesante puesto que declaraciones del Ministerio de Exteriores por su portavoz, Serguéi Lavrov, se mencionó que “A diferencia de las antiguas potencias mundiales, Rusia no se ha contaminado con los crímenes de la esclavitud y el colonialismo” (Sahuquillo, 2019). Varios autores apuntan que uno de los principales motivos por el que los rusos han incrementado su interés en África, es con el propósito de buscar aliados que le ayuden a consolidar sus propuestas en foros multilaterales como lo es la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Asimismo uno de los ramos comerciales que pretende aprovechar es el de la industria armamentista, pues al posicionarse como el segundo mayor exportador de armas en el mundo, ya varios países africanos se encuentran en su cartera de clientes, como lo son Egipto, Argelia y Marruecos, mientras que mantiene vínculos militares con Zimbabue, Nigeria y Etiopía (Sahuquillo, 2019). En cifras del 2018, se consideró que el 35% de las armas que exportaba África provenían de Rusia, por lo que se considera que ese ramo comercial tiene tendencia a incrementarse, pues las armas rusas son muy competitivas en el escenario internacional dado que son más baratas y con un alto grado de calidad (BBC News Mundo, 2018). Un ejemplo de ello es el fusil de asalto ruso AK-47, cuyo uso se ha extendido en diferentes conflictos armados y que ha tomado gran representación y un sentido de identidad y libertad, como lo es el caso de Mozambique cuyo diseño de la bandera nacional representa el Frente de Liberación de Mozambique y que tiene la imagen del AK-47 como simbolismo de la lucha por la independencia.

Otro factor importante es el sector energético pues Moscú tiene intereses en la explotación de diamantes, petróleo y minerales raros. Las cifras apuntan que el incremento de la inversión directa rusa en el continente africano creció un 185% entre 2005 y 2015, mientras que, en 2017, el comercio creció en un 25%, por lo que la tendencia de acercamiento es evidente (García, 2019). Por otro lado, en 2013 Sudáfrica y la Federación Rusa firmaron una declaración conjunta que establecía cooperación y colaboración económica en el marco de la diplomacia energética por la participación de empresas estatales rusas como Gazprom, Lukoil y Rostec (García, 2019). Se considera que en total Rusia tiene firmados convenios de colaboración nuclear con cerca de 16 países africanos, sobre ello estimaciones apuntan que la primera planta nuclear egipcia será posible en 2020 por medio de la inversión rusa de Rosatom, la cual también ha firmado contratos para la creación de plantas en Sudán, Nigeria, Sudáfrica y la República del Congo (García, 2019).


Bibliografía

BBC News Mundo. (21 de Agosto de 2018). Cómo África se ha convertido, para Rusia y China, en el nuevo territorio de disputa para su influencia comercial y política. Obtenido de BBC: Documento en línea

Borja Monreal. (11 de Febrero de 2019). China, Rusia y EEUU, o cómo África se repartió el mundo. Obtenido de Es global: Documento en línea

García, A. (21 de Febrero de 2019). Rusia en la carrera comercial por África. Obtenido de El orden mundial: Documento en línea

Sahuquillo, M. (2 de Mayo de 2019). Rusia regresa a África. Obtenido de El País: Documento en línea


Fecha de Publicación: 31/05/2019