Entre la libertad y la pared: Free West Papua Movement

Por Jessica Ramos, Alumna de Servicio Social del PUEAA

En la ciencia política se considera que los tres principales componentes de un Estado son respectivamente la población, el gobierno y el territorio. Bajo esa lógica los estudios de seguridad han planteado que puede considerarse cualquier flagelo a alguno de esos componentes, como una amenaza la Seguridad Nacional de un Estado, en tanto pone en entredicho su supervivencia. Ya sea una pandemia o conflicto interétnico que vulnere a la población, un golpe de Estado que atente contra las estructuras gubernamentales o incluso la apropiación de otro Estado de una parte del territorio, todos ellos son fenómenos que atentan contra la existencia de un país y que son tomados como prioridades con el propósito de asegurar la supervivencia de este. Teniendo en consideración tales elementos, en los últimos años se ha puesto de manifiesto un debate sobre los movimientos separatistas dentro de los Estados, pues por un lado se considera que son reivindicaciones legítimas de libertad y autodeterminación y por otro lado plantean una problemática a los Estados donde se circunscriben, pues ponen en entredicho su capacidad de control y gobernabilidad, atentando contra el orden de las estructuras políticas y, en casos particulares, su existencia, pues compromete la integridad de su territorio. Tal es el caso del “Movimiento Papúa Libre” conocido en indonesio como Organisasi Papua Merdeka abreviado OPM o en inglés Free West Papua Movement, el cual es una facción separatista de Indonesia que fue fundada en 1965 y que como su nombre lo indica, reclama la independencia de Papúa Occidental. Si bien ya se cumplen 50 años desde que el movimiento se levantó en armas por primera vez, en los últimos días las protestas se han intensificado, registrando las mayores manifestaciones independentistas, las cuales han terminado en enfrentamientos violentos con incendios en edificios gubernamentales indonesios (BBC News Mundo, 2019).

El jueves 22 de agosto del presente año más de 100 estudiantes papúes marcharon en Yakarta con dirección al palacio presidencial promoviendo la consigna independentista y exigiendo “el fin del racismo y colonialismo en Papúa Occidental” según varios medios, aquel acto desencadenó una respuesta de las autoridades indonesias, que desplegaron miles de tropas en la región oriental con el propósito de reforzar la labor de la seguridad pública, entre las acciones que se usaron disipar el conflicto se registró el uso de gas lacrimógeno contra los protestantes y además se cortó el acceso a internet para dificultar la organización y comunicación entre los grupos separatistas (BBC News Mundo, 2019). Sin embargo, como se mencionó con anterioridad, tal conflicto no es un fenómeno nuevo y data de muchos años atrás, el territorio era conocido como Nueva Guinea holandesa cuando formaba parte de las Indias Orientales holandesas. Desde 1949 y hasta 1963 tuvo calidad de colonia holandesa, empero tal condición cambió tras el retiro de las autoridades neerlandesas de la región, bajo la resolución del conflicto de Nueva Guinea Occidental, en donde Indonesia y Países Bajos se disputaron el control del territorio, tras la firma del Acta de Libre Elección y el referéndum de 1969, en donde la región fue cedida a Indonesia, la cual lo rebautizó como Irian Jaya (Griffiths, 2018). En 1969 la OPM se levantó en armas tras la integración formal del territorio a Indonesia de forma definitiva y desde ese momento no han cesado el encuentro entre sus militantes y las autoridades indonesias, sumiendo la región en un polvorín de inseguridad. Algunas fuentes estiman que en todos estos años que se ha mantenido el conflicto, han muerto aproximadamente 100.000 personas por lo menos, pues además a ello se suman las denuncias de casos de tortura, ejecuciones extrajudiciales y violaciones a los derechos humanos (Griffiths, 2018).

La estrategia a la cual se han visto la necesidad de recurrir el movimiento secesionista ha variado desde la insurgencia directa con enfrentamientos violentos con las autoridades indonesias hasta algunas formas de resistencia civil pacífica, protestas e incluso iniciativas de alcance diplomático. Sobre ello el Estado Indonesio ha respondido con el uso de la fuerza en algunas ocasiones y el programa de transmigración, con el cual se intenta trasladar población desde las islas centrales de Java, Bali y Madura hasta las islas exteriores, lo que los pobladores de Papúa Occidental interpretan como desplazamiento, marginación étnica de su población y un tipo de imperialismo que los aliena de su propia tierra (Griffiths, 2018). Tales aseveraciones tienen su fundamento en el fenómeno demográfico y económico, pues estadísticamente los pobladores papuanos son desproporcionadamente más pobres y bilateralmente tienen tasas más altas de encarcelamiento, a la par que las diferencias étnicas acentúan la desigualdad con la promoción de estereotipos de xenofobia y racismo. Ante todos estos aspectos ¿porqué es importante la provincia para Indonesia? En primer lugar, tiene un valor estratégico y político pues por su ubicación comparten la isla de Nueva Guinea con Papúa Nueva Guinea y se convierten así en una importante frontera. Por otro lado, la región es rica en recursos naturales como oro y cobre al tener las minas más grandes del mundo de tales metales, además de maderas importantes en la industria (BBC News Mundo, 2019). Considerando tales factores, no es extraño identificar la importancia de la región para el gobierno de Indonesia y sus esfuerzos por desacelerar la insurgencia. Sin embargo, los pobladores papuanos no han cesado en sus intentos secesionistas, en 2017, activistas circularon una petición que se suponía apoyada por el 70% de la población, solicitando un voto de independencia, la cual fue enviada al comité de Descolonización de la ONU, el cual la rechazó (BBC News Mundo, 2019).

En los últimos días se han intensificado las protestas por un par de incidentes en donde manifestaciones pacíficas de jóvenes estudiantes en las ciudades de Malang y Surabaya en la isla de Java, terminaron en ataques con tintes raciales a los estudiantes en el marco de la celebración del día de la independencia, la respuesta de la policía, según datos de Amnistía Internacional, fue arrestar a 43 estudiantes para interrogarlos en lugar de dispersar al grupo que los atacaba; ello desencadenó las protestas violentas en Papúa Occidental, en las cuales incendiaron la sede del consejo legislativo local y destruyeron instalaciones públicas y algunas residencias (BBC News Mundo, 2019). Es así como la lucha por la reivindicación de la independencia y libre determinación se une con un sentimiento de identidad y rechazo al racismo de la población papuana. Autoridades como el presidente de Indonesia, Joko Widodo ha extendido discursos de perdón entre ambas facciones con el propósito de disipar los ánimos, bilateralmente el ministro de Seguridad, Wiranto, apeló a la calma no obstante sin dejar de entrever que “La unidad de Indonesia no es negociable” (BBC News Mundo, 2019). Últimas actualizaciones de la situación apuntan a la presencia de más grupos disidentes en el territorio pues el pasado 11 de septiembre la policía de Indonesia confirmó que grupos locales responsables de los disturbios de origen racial están conectados al autodeterminado grupo terrorista Estado Islámico (ISIS), pues el escuadrón antiterrorista de la Policía Nacional en conjunto con las agencias de Inteligencia y de Cibernética y Cifrado, detectaron 1750 cuentas en Facebook y Twitter a través de las cuales se difundieron 32 mil materiales con información falsa que incitaba a la violencia, sobre ello el jefe del Departamento de Relaciones Públicas de la policía, Dedi Prasetyo mencionó que las evidencias apuntan a una maniobra concentrada por el grupo terrorista (Prensa Latina, 2019).

No cabe duda de que la situación cada vez se complica más, entre la lucha por la libre autodeterminación e identidad de los pobladores de Papúa Occidental, sólo cabe esperar que se llegue a un estado de normalidad, donde se respeten sus derechos y los discursos raciales cesen en pos del bienestar nacional.


Bibliografía

BBC News Mundo. (24 de Agosto de 2019). Por qué Papúa lleva 50 años reclamando su independencia de Indonesia (y a qué se deben las protestas actuales). Obtenido de BBC: Documento en línea

Griffiths, R. (8 de Marzo de 2018). Papúa Occidental lucha por la independencia. Obtenido de OpenDemocracy: Documento en línea

Prensa Latina. (11 de Septiembre de 2019). Confirma Indonesia que Estado Islámico atizó recientes disturbios. Obtenido de Prensa Latina: Documento en línea


Fecha de publicación: 13/09/2019