Crisis alimentaria: La prolongada sequía en el cuerno de África

Por Jessica Ramos, Alumna de Servicio Social del PUEAA

En 1994 el Informe sobre el Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) puso de manifiesto en la comunidad internacional un concepto que serviría para redefinir los estudios de seguridad: la Seguridad Humana. La principal aportación es la propuesta donde se planteaba que la seguridad internacional y nacional de cada país no está circunscrita únicamente a temas militares o que implican algún tipo de violencia, sino que existen muchas acepciones que pueden vulnerar o poner en riesgo la integridad de las personas, que pueden venir de esferas económicas, medio ambientales, sanitarias, alimentarias, ciudadanas, entre otras y que el garantizar libertades o establecer un escenario donde exista una ausencia de necesidad o miedo, es la mejor forma de combatir la inseguridad global. Así pues, aquel concepto permitió identificar una serie de riesgos y vulnerabilidades que amenacen de tal manera la supervivencia de algún Estado o alguno de sus principales componentes (ya fuese la población, el territorio o gobierno), para que fuesen consideradas en las agendas prioritarias de Seguridad Nacional. Al securitizar la agenda se ponen de manifiesto los flagelos a los que sufre determinada población y con ello se hace presión para que se empleen los medios adecuados para solucionar la situación. En el caso de la región del Cuerno de África (que comprende los países de Somalia, Yibuti, Eritrea principalmente y Etiopía además de Kenia, Uganda, Sudán y Sudán del Sur en las acepciones más amplias), en las últimas semanas se ha puesto de manifiesto una alerta sobre las repercusiones de un periodo de sequía prolongado que, en conjunto con otros elementos, plantea una crisis, ya que se consideran las peores de los últimos 60 años, según la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Las principales afectaciones se encuentran en los sembradíos, cultivos y ganado al ser de Somalia, donde además prevalece una importante presencia de las milicias de Al Shabaab, lo que termina derivando en altas tasas de desnutrición en un país donde 6.2 millones de personas están necesitadas de ayuda humanitaria (Oficina de las Naciones Unidas para los Refugiados, 2019). Los estudios apuntan cifras alarmantes pues se considera que aproximadamente 944.000 niños presentan signos de desnutrición grave y cerca de 808.874 personas son refugiadas en países vecinos que, sin embargo, también presentan delicadas situaciones internas (Oficina de las Naciones Unidas para los Refugiados, 2019). De estimaciones se anticipa que 5.4 millones de somalíes enfrentarán escasez de alimentos para septiembre y 2,2 de ellos necesitarían “asistencia de emergencia inmediata”, dentro de las prioridades se considera que se deben crear infraestructuras que permitan acceso al agua, las cuales deben diseñarse y gestionarse de manera sostenible, sin embrago el panorama no se ve positivo y se calcula que el escenario responde a una situación a nivel mundial en el cual existen periodos más prolongados de sequía según la Secretaría Ejecutiva de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), que calcula que para 2025, unos 1.800 millones de personas experimentarán una grave escasez de agua (Reinl, 2019). Por su parte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) en conjunto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF por sus siglas en inglés) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) informaron que casi 11,5 millones de personas se encuentran actualmente en situación de inseguridad alimentaria y necesitan ayuda urgente en Kenia, Etiopía, Somalia y Uganda (EFE Agencias, 2019). Dentro de las medidas que se han adoptado la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a principios de mes asignó 45 millones de dólares para ayudar a impedir los riesgos de hambruna, sobre ello Mark Lowcock, el subsecretario general para asuntos humanitarios y coordinador de ayuda de emergencia, mencionó la necesidad de avanzar a un sistema de prevención a los escenarios de sequía y hambruna, con el propósito de que se puedan disminuir los costos y tiempos de respuesta, así como reducir las muertes y el sufrimiento humano; del presupuesto total 30 millones de dólares se destinarán a Somalia y 10 millones a Etiopía, donde la situación es más aguda (Xinhua News, 2019). Por su parte la Comisión Europea anunció el envío de 50 millones de ayuda de emergencia, de los cuales en concreto 25 millones serán destinados a Somalia, 20 millones a Etiopía, 3 millones a Kenia y 2 millones a Kenia; se planifica además que se destinen los fondos a servicios de salud básicos y el tratamiento de la desnutrición aguda en menores de 5 años, mujeres embarazadas y madres lactantes, así como la mejora de acceso al agua (Europapress, 2019).


Bibliografía

EFE Agencias. (8 de Junio de 2019). Casi 11,5 millones de personas en inseguridad alimentaria en África oriental. Obtenido de Agencia EFE: Documento en línea

Europapress. (7 de Agosto de 2019). Bruselas moviliza otros 50 millones para paliar la sequía en los países del Cuerno de África. Obtenido de Europapress: Documento en línea

Oficina de las Naciones Unidas para los Refugiados. (2019). Cuerno de áfrica en la peor sequía de los últimos 60 años . Obtenido de La Agencia de la ONU para los Refugiados: Documento en línea

Reinl, J. (25 de Julio de 2019). Sequía en el Cuerno de África amenaza repetición de hambrunas pasadas. Obtenido de Inter press service: Documento en línea

Xinhua News. (6 de Junio de 2019). ONU asigna 45 millones de dólares para evitar riesgo de hamrbuna en cuerno de África. Obtenido de Xinhuanet: Documento en línea


Fecha de Publicación: 16/08/2019