Año nuevo lunar: Festividades y la leyenda del zodiaco chino

Elaborado por María Fernanda De la Peña, Alumna de Servicio Social del PUEAA

Desde los inicios de las civilizaciones y la toma de conciencia por parte del ser humano sobre sí mismo y su entorno, surgieron pensamientos de índole mágico-religioso que ayudaban a responder los cuestionamientos que se iban abriendo paso en la mente de los individuos. La astrología se situó como uno de los métodos que ayudaron a responder sus interrogantes.

En la observación de las estrellas y el conocimiento sobre los astros, las civilizaciones encontraron maneras determinadas de conocer y explicar el mundo, dando lugar al surgimiento del zodiaco como una manera de comprender las personalidades, actitudes, fortunas y destinos de miles de individuos.

En el caso del horóscopo chino, este está basado en los estudios astronómicos y astrológicos de dicha cultura; disciplinas que antes no tenían una diferenciación entre una y la otra, y que poseen cerca de 5000 años de antigüedad. El calendario chino está basado en el año lunar a diferencia del calendario occidental que es de índole solar, haciendo que los festejos de año nuevo en ambas culturas no concuerden con respecto a las fechas. El año lunar suele ser más corto que el solar y está compuesto por 12 meses de 29 días y medio cada uno.

Para poder obtener la carta astrológica en la cultura china es necesario poseer de forma precisa una serie de datos; como el día, mes, año, lugar y hora del nacimiento. Los cuales ayudarán a determinar bajo qué elemento (tierra; agua; fuego; metal; o madera), energía del Tao (Ying o Yang) y animal del zodiaco, se está regido. Determinar el animal zodiacal es crucial para conocer la dirección cardinal y la estación del año que más predomina en cada persona.

El zodiaco chino está dividido en doce y se conforma por animales, conocidos como las “ramas terrenales”, los cuales no hacen referencia a meses, sino a años. Estos animales están vinculados con el ciclo de órbita de Júpiter, el cual dura 12 años; por lo tanto, cada año corresponde a un animal diferente. Cada uno de estos ciclos comienza durante el año nuevo chino cuya base se encuentra en el calendario lunar.

Estos animales poseen características propias tanto positivas como negativas, por lo tanto, dentro del destino del hombre siempre hay una posibilidad de cambio y mejora conforme a la propia voluntad, sin importar las cualidades o defectos que se puedan tener.

La presencia de estos animales en el zodiaco se remonta a bastantes siglos y no se tiene una explicación definida sobre el por qué fueron elegidos. Sin embargo, al día de hoy hay una serie de leyendas que explican lo anterior, entre las más populares se encuentran las del Emperador de Jade y la de Buda.

La leyenda de Buda refiere que, mientras él se encontraba meditando al final de su vida, se apareció ante él Mara, el dios de la destrucción; quien intentó evitar que alcanzara la iluminación. Buda pidió el apoyo de 12 animales para vencerlo, los cuales atendieron a su llamado y llegaron en el siguiente orden:

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Por su ayuda, Buda los convirtió en los doce signos zodiacales, asignando que cada uno de ellos gobernaría durante un año y tendrían influencia sobre la personalidad de quienes nacieran en él.

La segunda leyenda, la cual es la más popular, cuenta que el Emperador de Jade organizó una carrera de animales para decidir quiénes formarían parte del zodiaco, para poder ganar la carrera los animales debían cruzar el río y dependiendo al orden de llegada se les daría uno de los doce años. La rata y el gato, quienes eran buenos amigos, se pusieron de acuerdo y decidieron cruzar sobre la espalda del buey; quien estaba dispuesto por ser un animal de carácter noble y bondadoso. Sin embargo, al último momento y antes de llegar, la rata lanzó al gato al agua, haciendo no sólo que este animal creara una fobia a este elemento, sino además logrado su eterna enemistad.

El primer y segundo lugar fueron para la rata y el buey respectivamente. A continuación, llegó el tigre, quien se enfrentó a la corriente gracias a su fuerza. Tras de él llegó el conejo, quien saltando entre la orilla y los troncos pudo llegar en cuarto lugar.

El quinto lugar fue ocupado por el dragón, quien pudo llegar primero que todos, pero se detuvo a ayudar a un poblado y su gente al atraer la lluvia; y casi a punto de llegar vio al conejo teniendo problemas en un tronco, por lo cual le dio un empujón de ayuda con su aliento.

Tras el dragón llegó el caballo, quien, a punto de cruzar la meta, se espanto por una serpiente que estaba a sus pies y lo hizo tropezar. Debido a ello la serpiente llegó antes, ocupando el sexto lugar seguida del caballo con el séptimo.

La cabra, el mono y el gallo, quienes se encontraban en problemas para cruzar, se ayudaron entre ellos; el gallo construyó una pequeña balsa, la cabra y el mono se encargaron de alejar la maleza y despejar el camino, y entre los tres remaron para poder llegar a la orilla. De tal forma pudieron llegar ocupando el octavo lugar la cabra, el noveno el mono y el décimo el gallo.

El perro fue el siguiente en llegar, ocupando el puesto número once; ya que, aunque podría haber tenido mucha más ventaja por saber nadar bien, en cuanto entró al río se entretuvo dándose un baño y jugueteando en el agua. El último puesto fue para el cerdo, quien se retrasó por comer antes de la carrera para poder tener la energía suficiente y ganar, pero comió tanto que se quedó dormido y se le hizo tarde.

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Fuentes

Derek Walters, The secrets of Chinese Astrology, Editorial Gramercy, 2005

Gloria Garrido, Horóscopo Chino 2017, Ediciones Luciérnaga, 2016.

Shelly Wu, Chinese Astrology, Editorial: The Career Press, 2005.

“Chinese Zodiac: Legend and Characteristics”. Documento en línea