El 68: cambios irreversibles

El movimiento de 1968 tiene, grosso modo, una dimensión de la revolución socio-cultural en las trincheras de la vida cotidiana (Czarnecki, 2019). Muestra cambios irreversibles en el modo de pensar, vestirse, comportarse, y -tal vez lo más importante- el significante papel de la mujer en el seno de la sociedad (Elías, 1987). Además, el 68 significó la confrontación de las generaciones, de ahí era un movimiento intergeneracional donde los baby-boomers, nacidos después de la Segunda Guerra Mundial se confrontaron con el sistema social y político de sus padres. Querían la libertad, para ellos y para el mundo: la paz, una referencia a la idea de la paz perpetua kantiana. De ahí, el movimiento estaba opuesto a la Guerra Americana en Vietnam, que fue un parteaguas de los movimientos pacíficos en los EE.UU. y en menos aspecto en Europa.

Existen tres revoluciones para considerar: 1) políticas, 2) científicas y 3) socio-culturales (ver Figura 1). La primera trata sobre el cambio del soberano. En la segunda, existen dos grandes movimientos revolucionarios en la ciencia moderna: en los siglos XVI-XVII y XIX. La revolución socio-cultural es del siglo XX: el 68 y la emancipación de las mujeres. El 68 es la culminación de una gran transformación socio-cultural. Sin embargo, aquí en México, significó una confrontación como una revolución política entre el gobierno autoritario y la oposición estudiantil demócrata.

Figura 1. Esquema de las revoluciones políticas y científicas

A estas reflexiones nos invitó el PUEAA para repensar los movimientos sociales de 1968 “MESA REDONDA ECOS DEL 68: MÉXICO, SENEGAL Y VIETNAM” el 22 de agosto en la Facultad de Filosofía y Letras. Participó el Embajador Eduardo Roldán quien analizó la crónica de los acontecimientos en México de 1968, Javier Sacristán, sobre el 68 en Senegal y su servidor, sobre el impacto de la Guerra Americana en Vietnam en torno de los cambios irreversibles del 68. El evento fue moderado por la Dra. Nair Anaya, Secretaria Académica de la FFyL.