El cine de Wong Kar-wai: tres películas de los noventa

Frida Lima

Autora

Oh, my life is changing every day

In every possible way

And oh, my dreams

It's never quite as it seems

'Cause you're a dream to me

Dream to me

Dreams, The Cranberries Frida Lima

Un tren avanza a toda velocidad por las calles de Taipéi. Luces por todos lados pasan a gran velocidad mientras la noche, bajo ese tono verdoso producido por el neón lo cubre todo. El corazón da un vuelco; todo avanza, nunca se detiene. Las personas se mueven sin mirar a los lados y el ruido lo invade todo. De fondo se escucha: “Imagine me and you, I do. I think about you day and night, it’s only right to think about the girl you love and hold her tight so happy together”, así es como concluye Happy Together (1997).

Wong Kar-wai (1958) es un director de cine al que se le ha catalogado, por la crítica, como un director posmodernista; su obra se considera cine de autor porque sus películas incluyen una base similar que, a grandes rasgos, se vuelve distintiva a primera vista. Basta ver un primer fotograma para reconocer, de inmediato, el color y los movimientos de cámara que vuelven su cine tan peculiar. Su obra cinematográfica es extensa y pasa del cine de acción a obras sumamente nostálgicas para culminar con una saga futurista donde el tiempo se ralentiza, acelera y avanza a medidas descomunales. Llega a tocar temas de ciencia ficción y pasajes de época: los años sesenta congelados. Un barrio en medio de la gentrificación; intrusos en la casa, las cataratas del Iguazú y los pasillos por la noche iluminados con luces de neón rematando con una comedia que raya en el sinsentido. Admirado por Quentin Tarantino, Wong Kar-wai se consagra como uno de los mejores directores de su generación otorgando al cine hongkonés una voz que catapultó ese bajo mundo a una visualización mundial que aprendió a contemplar cómo las situaciones más absurdas se cargaban de una melancolía desmesurada.

Inspirado en el cine experimental francés y en figuras como Jean-Luc Godard (1930-2022), Wong Kar-wai crea la antítesis perfecta de París al mostrar Hong Kong a través de una lupa. Las situaciones cotidianas se ven repletas de significación al enmarcarlas bajo el lente nostálgico, creando un espacio único y visualmente llamativo que hace que ver una de sus películas se vuelva una experiencia entrañable. Se dice sobre este director que su fuerte temperamento lo ha llevado a colaborar sólo con los actores que lo han llegado a tolerar; su ritmo de trabajo es acelerado y pone especial atención a la fotografía e iluminación: nada es al azar. Además, ha llegado a escribir el guión antes de rodar, por lo que los actores suelen improvisar otorgando así un tono de simpleza que engaña al espectador. Todo resulta crearse a partir del limbo de lo absolutamente planeado y una improvisación que hace brillar a los actores.

Entre sus películas más destacadas se encuentra Chungking Express (1994), la cual se rodó con un escaso presupuesto, sin permisos oficiales y en locaciones prestadas por los mismos miembros del elenco y la producción. Quetzal (2019) propone lo siguiente a partir de la primera toma: “Como un tren incorpóreo a toda marcha, los primeros planos de Chungking Espress nos empujan a través de una difuminación acuosa del movimiento, como si cada gesto fuese un boceto, un borrón de acuarela”.[1] Esta película cuenta dos historias; la primera es sobre una narcotraficante que usa una peluca rubia (Brigitte Lin) y pasa la noche el agente 223 (Takeshi Kaneshiro), quien se encuentra devastado tras la ruptura con su novia y se dedica a comer latas de piña a punto de caducar. La segunda historia gira ante Faye (Faye Wong) que trabaja en el Mignight Express, una cafetería a la que siempre acude Zhiwu He, el agente 663 (Tony Leung). Faye se enamora de él y termina con la llave de su departamento; bajo su himno musical en un interminable bucle, “California Dreamin” de The Mamas & The Papas, entra sin que el agente se dé cuenta y cambia las etiquetas de comida, limpia, compra más peces para el acuario y esconde cosas.

El cine, según Carlos Duque, “nos entrega imágenes que dan forma al mundo que habitamos pero como resultado de una negociación con el afuera. Las imágenes encuentran resistencia en la dimensión material que, pese a toda fuerza gramatical, siempre aparece, a final de cuentas, indómita”.[2] Por lo que nos muestra lo que quiere mostrar. Refleja el mundo “real” a partir de elementos que realzan las virtudes y defectos y representan una historia que nos saca del molde común. El uso del setp printing en la obra de Wong Kar-wai resulta lo más representativo ya que es una técnica que ralentiza el tiempo en torno al actor, mientras todo se acelera afuera; de esta manera, se crea una especie de burbuja que enmarca a los personajes, llegando a formar un vínculo más estrecho con el espacio y lo que están sintiendo.


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Fallen Angels (1995)

Algunos consideran que Chungking Express (1994) y Fallen Angels (1995) forman una bilogía al rodarse en las mismas locaciones en el mismo periodo de tiempo, reciclando fotogramas de una película para la otra y tocando la misma temática. Lo cierto es que Fallen Angels (1995) presenta uno de los planos más famosos en la obra de Wong kar-wai cuando dos de los protagonistas (Takeshi Kaneshiro y Charlie Yeung) pasan a través de un túnel y sienten esa extraña conexión que describen como cálida, la que les devuelve un poco de esperanza ante el mundo que los ha despreciado y los ha privado de amor. El tono verde y la fotografía cargada de luces de neón recuerdan al Pop Art por lo que los anuncios, los brillos y la noche que pesa sobre Chungking hace que Hong Kong sea el protagonista de estas películas. El espacio que sostiene a los personajes también habla e incluso llora la pérdida de los seres amados inundando y ahogando los lugares en una nostalgia que nos recuerda, constantemente, de lo que carecemos. Santiago Lecuona argumenta:

Entre neones y con un aire vaporoso, casi mágico, suele presentarse la ciudad de Hong-Kong en las películas del cineasta shanghaiano; la mayoría de veces con un notable culto por épocas pasadas […] se adueña de la historia de la ciudad, y la hace suya y de sus personajes. Una visión romántica del espacio urbano que va más allá de una simple anécdota visual; la ciudad habla y lo hace a través de las calles y sus peatones, de los locales de comida rápida y de las tiendas veinticuatro horas, de los locales nocturnos, de las luces y sus neones; en general de una atmósfera sensual que es capaz de atrapar al espectador entre sus callejones, hasta el punto de no querer –y no poder– salir de ellos. Hong Kong se ha convertido con Wong en un lugar tan mágico como París.[4]

Aunque, más bien, Hong Kong se presenta como una antítesis a lo que representa París en el cine. Ahora bien, en torno a Fallen Angels (1995) se presenta una comedia absurda y tintes del cine de artes marciales con escenas que nos recuerdan a un proto John Wick con el asesino a sueldo Wong Chi-Ming (Leon Lai), pero también realza la poética del desencuentro de la que se nutre la película, así como la pérdida y la melancolía de nunca obtener lo que se desea e interrumpir al amor. Carlos Duque expone que la obra de este cineasta está enfocada hacia la creación del afecto mediante las imágenes en movimiento, lo que relaciona con la carga filosófica que presentan estas películas: “La poética de nuestro director (que si bien tiene origen en la modernidad cinematográfica la sobrepasa) lo convierte en un filósofo interesado en la afectividad (en el más profundo sentido del con-tacto), interesado en unos cuerpos que pueden mucho más de lo que creemos, en especial porque son retratados mediante un espacio-tiempo que violenta el lenguaje gramaticalizado (léase cine clásico).[5]

Finalmente, como representación de la obra cinematográfica de Wong kar-wai en la década de los noventa se encuentra Happy Together (1997), la única de estas películas que fue filmada fuera de Hong Kong, pero que aún así copia estos elementos en el barrio de La Boca en Buenos Aires. La historia se centra en la tormentosa relación homosexual que mantienen Lai Yiu-fai (Tony Leung) y Ho Po-wing (Leslie Cheung) quienes se mudan a Buenos Aires con el propósito de ver las cataratas del Iguazú, pero nunca lo logran. Los colores, que en un principio se ven cálidos y luminosos, terminan por aislar a los personajes en un erotismo que se dispara cuando bailan juntos, pero que termina por asfixiarlos. Con aquellas angulaciones y la profundidad de campo, la cámara desenfocada, como si estuviéramos contemplando la película a través del cristal de una ventana, Wong Kar-wai realiza una invitación para asomarnos en la intimidad del otro.

Santiago Lecuona nos recuerda que “Wong Kar-wai ha construido un universo fílmico que es fácilmente reconocible desde el primer plano, evitando los convencionalismos más tradicionales, y proponiendo un cine independiente y personal.”[6] Por lo que la selección musical, los planos y el color se encargan de crear una perfecta armonía cargada de afectos que, si bien se ven interrumpidos o inconclusos en los personajes, nos recuerdan la humanidad que poseemos y que las situaciones más simples pueden estar cargadas de una calidez que alimenta al alma, trayendo de vuelta nuestros anhelos y recordándonos la gran pérdida que puede llegar a causar la falta de amor, agregando un sabor agridulce a una vida nutrida desde la melancolía; y aún así, agilizando toda esta desesperación bajo tintes de comedia que realmente se disfrutan.


Notas

[1] Quetzal, Ovejas Eléctricas - El cine de Wonh Kar Wai (parte 1), min. 5:56.

[2] Carlos Fernando Alvarado Duque, ¿Puede el cine darnos qué pensar? Wong Kar-Wai y la poética del desencuentro, p. 176.

[4] Santiago Jesús Lecuona Doble, La poética del cine de Wong Kar-wai, p. 17.

[5] Carlos Fernando Alvarado Duque, ¿Puede el cine darnos qué pensar? Wong Kar-Wai y la poética del desencuentro, p. 188.

[6] Santiago Jesús Lecuona Doble, La poética del cine de Wong Kar-wai, p. 43.

Referencias

Alvarado Duque, C. F. ¿Puede el cine darnos qué pensar? Wong Kar-Wai y la poética del des-encuentro. Marília, 42, 2019: 171-190. Documento en línea

Quetzal. Ovejas Eléctricas - El cine de Wong Kar Wai (parte 1). [video de Youtube]. Youtube. 7 feb 2019. En línea

Lecuona Doble, S. J. La poética del cine de Wong Kar-wai. [Trabajo Fin de Grado en Historia del Arte], Departamento de Historia del Arte y Filosofía, 2019.

Filmografía

Fallen Angels (Duo Luo Tin Shi, Wong Kar-wai 1995).